Arte para moviliz-arte

  • Que el arte genera sentimientos es una obviedad, pero que los sentimientos de un artista ante una situación de desigualdad o injusticia supongan la creación de una obra de arte que agitará conciencias y movilizará personas para tratar de resolver esas situaciones, es una excepcionalidad.

Charo Márquez

Marbella (Málaga), 2 ago.- Que el arte genera sentimientos es una obviedad, pero que los sentimientos de un artista ante una situación de desigualdad o injusticia supongan la creación de una obra de arte que agitará conciencias y movilizará personas para tratar de resolver esas situaciones, es una excepcionalidad.

Es lo que pretende la exposición "CuestionArte, agitARTE, movilizARTE", que la ONG Oxfam Intermon y la galerista Blanca Soto ofrecen dentro de las actividades culturales del Festival Starlite en Marbella (Málaga).

El proyecto "Más y mejor ayuda" de Oxfam y la galerista Blanca Soto han permitido a varios artistas viajar a países de Latinoamérica, Asia o África donde la ONG lleva a cabo programas de cooperación y acción humanitaria.

Zinnia Quirós, coordinadora de la unidad "Más y mejor ayuda" critica que en España los programas de cooperación al desarrollo han sufrido un recorte de un 70 % desde el comienzo de la crisis, mucho mayor que el registrado en países como Portugal o Grecia.

La coordinadora explica a Efe que el objetivo de la exposición es apostar por nuevos lenguajes del arte contemporáneo "para demostrar que la cooperación funciona, que es un política pública que cambia y salva vidas y que tiene un rostro humano".

"Recortar en ayudas al desarrollo para reducir el déficit es como cortarte el pelo para adelgazar. Apenas incide en el presupuesto de nuestro país pero sí en la vida de miles de personas", ha señalado.

La exposición está recorriendo todo el país pero en Marbella se reúnen por primera vez todos los artistas que han colaborado: Manuel Barbero, Avelino Sala, Ruth Quirce, Paula Anta, Chus García Fraile, J.E. Marchesi y el colectivo PSJM.

Especialmente impactantes resultan las piezas que Manuel Barbero ha realizado tras visitar Colombia: "Menú humano", "Desplazamientos" y "El árbol de las amenazas".

"Menú humano" presenta el mercadeo de la vida humana en un país que cuenta con una normativa de 2005 en la que se concreta a cuánto se paga el kilo de guerrillero (vivo o muerto), así como sus armas.

El Gobierno colombiano pagaba por la entrega de estas personas y de armamento, pero dio lugar a los denominados "falsos positivos", civiles inocentes que fueron asesinados y entregados con uniformes militares para cobrar recompensas.

En "el árbol de las amenazas" un tronco sostiene cuchillos afilados que proyectan su sombra sobre un texto real de extorsión recibido por víctimas de desapariciones, una pieza con la que el artista pretende reflejar el yugo de las coacciones constantes en un país donde las amenazas se cumplen.

En el suelo de la exposición una enorme alfombra marroquí con la imagen de una mujer que eleva sus manos, realizada por Chus García Fraile, trata de abrir los ojos sobre lo que esconde un "souvenir".

Estas piezas que decoran los lujosos salones del primer mundo ocultan los problemas de la discriminación femenina, la inmigración o el trabajo esclavista.

Por su parte, Avelino Sala muestra en sus fotografías de techos de distintos tipos de material (lonetas, plásticos, chapas, maderas) cómo en Filipinas un simple trozo de lona resulta refugio y protección suficiente en un entorno azotado por la naturaleza.

La artista Paula Anta presenta una serie de tres fotografías de Mauritania en la que una nube de arena esconde una "realidad dolorosa" que no se ve pero que está ahí en sus diferentes grados.

Quirós reconoce que las ONG suelen pecar de dirigirse siempre al mismo público y necesitaban "romper esas barreras y contar lo que está ocurriendo con esas políticas para el desarrollo a otra gente".

Esa ha sido la razón de llevar la exposición hasta Starlite, una zona de ocio dirigida a un público muy variado, pero principalmente a un sector de alto nivel económico.

Oxfam pretende así hablar de cooperación con un lenguaje más cercano a este público: el del arte. EFE

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