Así vivieron el 23-F Llamazares, Michel, Matías Prats, Julio Alonso.....

  • Políticos como Rosa Díez o Gaspar Llamazares, expertos en internet como Enrique Dans, Julio Alonso o Jesús Encinar, periodistas como Matías Prats o Susanna Griso y deportistas de prestigio como Michel o Fernando Romay nos cuentan cómo pasaron aquel día.
lainformacion.com

En lainformacion.com hemos querido saber cómo vivieron el 23-F profesionales de diferentes ámbitos que hoy son populares y a los que normalmente no se recurre para conocer el relato de aquel día que pudo cambiar la Historia de España.

Rosa Díez, líder de UPyD

El golpe del 23-F me pilló en mi despacho de la Diputación de Vizcaya, preparando un pleno. Yo era entonces diputada foral, una de las cinco mujeres de los 30 representantes que tenía el Partido Socialista. Me llamó mi marido para decirme que había entrado un guardia civil en el Congreso de los Diputados. Llamé inmediatamente a Jose María Macua, el diputado general, y valoramos un momento la posibilidad de no celebrar el pleno. Éramos tan ingenuos, nos parecía tan increíble que aquello pudiera triunfar, que lo celebramos a las siete y media de la tarde. Si hubieran salido los militares a la calle en Vizcaya como en Valencia nos hubieran trincado a todos juntos. Eso sí, fue el pleno más corto y más rápido de la legislatura.

Gaspar Llamazares, portavoz de IU en el Congreso

El día del golpe yo estaba estudiando en la Facultad de Medicina de Oviedo. Esa tarde hicimos una asamblea de estudiantes para valorar lo que estaba pasando en el Congreso y un grupo de estudiantes decidimos ocuparnos de tratar de esconder las fichas del movimiento estudiantil de la Universidad para que no cayeran en malas manos.

José María García, periodista

Fue una de las noches más intensas, apasionantes y peliagudas de mi vida.

Fernando Romay, jugador de baloncesto

Me enteré de lo que estaba pasando al salir de un entrenamiento con el Real Madrid. Al día siguiente teníamos que viajar a la Unión Soviética para jugar un partido. Yo en ese momento estaba haciendo la mili y estaba en Madrid de permiso. Al salir y enterarme, fui rápidamente a mi casa para ponerme en contacto con la Capitanía general de Sevilla, ciudad donde hacía el servicio militar, por si me iban a necesitar para algo. Allí me dijeron que no iban a necesitar de mis servicios,  y que si tenía los papeles en regla podía viajar con mi equipo.

“Michel”, Miguel González del Campo, entrenador del Getafe

Estaba paseando con mi novia, Merche, ahora mi mujer, por la puerta del Congreso de los Diputados. Vimos movimiento, pero claro, cómo ibámos a imaginar nada. Pensábamos que estarían preparando algo especial, ¡y tanto! Por entonces no había móviles, así que, cuando llegamos a casa de Merche estaban todos preocupados, nerviosos… Cuando les contamos que acabábamos de pasar por la puerta alucinaron. Por poco no nos pilla todo. Estos días lo hemos estado comentando en casa. Es muy fuerte.

Susanna Griso, presentadora en Antena 3 TV

Tenía diez años cuando se produjo el golpe de Estado, demasiado pequeña para comprender la trascendencia del episodio histórico que estaba viviendo. Recuerdo las caras de preocupación de mi familia y a mi madre que, nerviosa y cansada tras haber pasado toda la noche en vela, me dijo que tenía que ir al colegio porque la vida debia seguir. Pero ese 24 de febrero no fue "normal" para nada. Había muchos pupitres vacíos y la profesora, con el transistor de radio en la mano, nos hablaba de la fragilidad de nuestra joven democracia, de los fantasmas de la guerra civil y la dictadura. Dicen q el 23-F fue un aviso, una prueba de fuego...para mi fue también la mejor lección de historia.

Matías Prats, periodista

El 23-F estaba en la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, en la calle Goya, en el funeral del gran empresario vasco José María Aristrain, que había fallecido en un accidente de helicóptero. Yo era amigo de su hijo y lo estaba acompañando en ese duro trance. En un momento dado se acercó un escolta a decirme que acababa de escuchar en la radio que se habían oído unos tiros en el Congreso, como si se hubiera producido un asalto. Fue entonces cuando abandoné la iglesia y me dirigí a Prado del Rey.

Julio Alonso, fundador y director de Weblogs

Pasé toda la tarde y noche oyendo la radio con mi madre y mis hermanas. Mi padre pasó toda la noche trabajando. Primero haciendo la portada histórica de El País y luego, en su R5 con su hermano Miguel, repartiendo periódicos por todo Madrid porque la distribución no iba. Llegó a casa por la mañana, desayunó con toda la familia (no era nada usual) y nos dio a mis hermanas y a mí nuestra primera charla política. Nos habló de la libertad y de lo mucho que había en juego en aquel momento. Luego nos enviaron al cole porque había que mantener la normalidad. Éramos de los pocos de la clase que fueron.

Enrique Dans, profesor del IE Business School

Tenía 15 años, y había ido a estudiar a casa de Alberto, un compañero del colegio que vivía a un par de manzanas. Recuerdo que mis padres me llamaron a su casa, lo cual me extrañó bastante - no lo hacían nunca, y de hecho, tuvieron que buscar su teléfono en el catálogo del colegio - y me dijeron que volviese inmediatamente a casa. Al llegar, recuerdo la extrañeza de ver la emisión de televisión interrumpida y sonando música militar, la radio encendida, mi madre muy nerviosa, y mi padre, que estaba en aquella época como responsable de prensa en la Agrupación Socialista Coruñesa, hablando constantemente por teléfono y discutiendo nada menos que la posibilidad de salir en un barco pesquero hacia un puerto portugués...

Jesús Encinar, fundador de idealista.com

Tenía 10 años. Aquella tarde salía de clase particular de inglés con mi hermano Fernando y recuerdo que mi madre nos fue a recoger y no nos llevó a comprar chuches, como solíamos hacer, porque había que volver a casa corriendo: había un grupo de etarras en el Congreso de los Diputados. Al llegar a casa y pasar las horas, se fue confirmando que era un golpe de Estado y el nerviosismo en casa aumentó. Mi padre era presidente provincial de UCD en Ávila y una de las personas de confianza de Adolfo Suárez. El teléfono no paraba de sonar y en realidad yo no entendía muy bien qué era lo que estaba pasando. Pero sí notaba nerviosismo y no comprendía por qué mi madre insistía en que mi hermano Natalio, de 17 años, tenía que irse esa misma noche a Portugal. Con los años descubrí que mis padres tenían el miedo a que se iniciase una guerra civil y llamasen a mi hermano mayor a filas. El 24 por la mañana fuimos al colegio pero los profesores no hablaban de otra cosa. Nosotros comíamos en casa y aquella tarde mi madre no nos llevó al colegio sino que nos puso delante de la tele para que viviésemos todos los acontecimientos en directo. Recuerdo que nos dijo "hoy tenéis que ver esto porque algún día recordaréis lo que está pasando ahora". ¡Y ya han pasado 30 años!

Ícaro Moyano, director de comunicación de Tuenti

Para los nacidos en el 77 como yo el recuerdo del 23F se ha construido escuchando a nuestros mayores rememorar cómo la familia pasó aquellas horas de angustia y cabreo.La memoria de los míos dice que yo estaba aquel día con los abuelos y que mi madre corrió a buscarme nada más enterarse de que lo que sucedía en el Congreso. De aquellas ella no tenía coche y decidió que nos íbamos a casa (desde el barrio de Las Ventas hasta Vallecas) en taxi. "Me hice la dura con el abuelo" me cuenta ahora mientras apostilla "pero sólo por fuera". Mientras tanto mi padre deambulaba por la Plaza de las Cortes y en mi casa no se apagó la luz hasta que no habló el Rey. Supongo que la tranquilidad la trajo la radio. Al día siguiente dice mi madre que no fui al colegio.

Mostrar comentarios