Australia critica a Papúa por su decisión de posponer las elecciones

  • Papúa Nueva Guinea pidió a Australia que no interfiera en sus asuntos internos tras las críticas de Camberra a su decisión de retrasar seis meses la celebración de elecciones legislativas, informó hoy la prensa local.

Sídney (Australia), 6 abr.- Papúa Nueva Guinea pidió a Australia que no interfiera en sus asuntos internos tras las críticas de Camberra a su decisión de retrasar seis meses la celebración de elecciones legislativas, informó hoy la prensa local.

El Parlamento papuano aprobó ayer con una amplia mayoría posponer la votación prevista en junio a raíz de un informe ministerial que alertaba sobre la inadecuada preparación de los comicios por no haber podido completar el censo electoral, garantizar la seguridad ni lograr toda la financiación necesaria.

La primera ministra de Australia, Julia Gillard, criticó la decisión que supondrá el aplazamiento de las elecciones por primera vez en Papúa a pesar de que el primer ministro, Peter O'Neill, hubiera reiterado que estas tendrían lugar según el calendario previsto.

"Si bien respetamos la soberanía de Papúa Nueva Guinea, por nuestro apoyo y vieja amistad con Papúa Nueva Guinea, Australia considera que las elecciones deberían celebrarse a tiempo, de acuerdo con la Constitución", dijo Gillard en un comunicado.

"La democracia papuana tenía a fecha de hoy un buen historial por celebrar las elecciones cuando tocan", añadió Gillard que, no obstante, evitó referirse a la posibilidad de imponer sanciones a Papúa, tal como sugirió el mes pasado su ministro de Exteriores, Bob Carr, en el caso de que el Gobierno de O'Neill no celebrara los comicios a tiempo.

Tras la votación de ayer, el viceprimer ministro papuano, Belden Namah, aseguró que "al margen de lo que diga Carr sobre sanciones quiero dejar clara una cosa: que no amenacen la independencia de este país", en declaraciones recogidas por la cadena australiana ABC.

Namah también dijo que el aplazamiento es un caso especial y negó que detrás haya ninguna intención del Gobierno por aferrarse al poder.

Papúa Nueva Guinea atraviesa una crisis política que comenzó en agosto de 2011, cuando el Parlamento nombró a O'Neill primer ministro mientras su antecesor, Michael Somare, recibía un largo tratamiento cardiovascular en Singapur.

Un mes después, Somare regresó a Papúa y al intentar recuperar el cargo, respaldado por un fallo del Supremo a su favor, el Gobierno encabezado de O'Neill aprobó una ley autorizando la destitución de Somare.

Papúa Nueva Guinea, país del Pacífico Sur con algo más de seis millones de habitantes, la mayoría de ellos en situación de pobreza, tiene grandes recursos minerales e hidrocarburos y una larga historia de intrigas políticas, corrupción y conflictos.

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