Autor de tiroteo de Tucson lloró al ser parado por policía antes del ataque

  • El autor del tiroteo perpetrado en 2011 en Tucson, Jared Loughner, rompió a llorar al ser parado por un policía de tráfico por saltarse un semáforo en rojo poco antes de abrir fuego contra la congresista Gabrielle Giffords, según nuevos documentos de la investigación revelados hoy.

Washington, 27 mar.- El autor del tiroteo perpetrado en 2011 en Tucson, Jared Loughner, rompió a llorar al ser parado por un policía de tráfico por saltarse un semáforo en rojo poco antes de abrir fuego contra la congresista Gabrielle Giffords, según nuevos documentos de la investigación revelados hoy.

El agente que lo interpeló, Alen Edward Forney, afirmó que no puso una multa a Loughner, y se limitó a un advertencia verbal.

Tras ello, Loughner rompió a llorar, por lo que el agente le preguntó si se encontraba bien.

"Sí, estoy bien, solo he tenido una mala época y creí que me iba a multar, y por eso estoy contento de que no lo haya hecho", dijo Loughner al agente.

Entre los documentos revelados hoy, de casi 3.000 páginas, también aparece el relato de Thomas Audetat Jr., sheriff ayudante del condado de Pima, que fue quien detuvo y esposó en primera instancia a Loughner tras el tiroteo que se saldó con 6 muertos y 13 heridos, entre ellos Giffords quien resultó gravemente herida de un disparo en la cabeza.

"En ese momento, él dijo: 'Sólo quiero que sepan que soy la única persona que sabía esto'. Eso fue lo único que me dijo en todo el día", explicó Audetat.

Cuando llegó al aparcamiento donde se produjo la masacre, Loughner se encontraba retenido en el suelo por varias personas en la acera enfrente de un supermercado.

Audetat indicó, además, que en esos momentos había gente gritando para que mataran a Loughner.

En sus bolsillos, el policía encontró dos cargadores al completo y una navaja con un filo de diez centímetros.

Asimismo, se conoce ahora que los padres de Loughner reconocieron ante los investigadores que desde que su hijo fue expulsado de la universidad local en 2010 se había vuelto extremadamente distante y apenas se comunicaba con ellos.

"Intenté hablar con él, pero no podías, no te dejaba", afirmó su padre, Randy Loughner.

En los meses antes de la masacre, ocurrida en enero de 2011, Loughner se volvió más paranoico, especialmente contra la congresista demócrata Giffords y el Gobierno, de acuerdo con los documentos.

Loughner fue sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de fianza en 2012.

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