Ayudar a los más vulnerables ante el cambio climático, tema candente en Bonn

  • Cómo ayudar a los países más vulnerables a adaptarse al impacto del calentamiento del planeta es uno de los temas candentes de la negociación en Bonn del histórico acuerdo de lucha contra el cambio climático.

Entre mitigar y adaptarse a los efectos del calentamiento del planeta, países como Guatemala lo tienen claro.

"Siempre hemos visto que adaptación ha sido más importante para nosotros. Vemos una desproporción total entre lo que nosotros hemos aportado al problema y lo que recibimos a causa del problema", explicó a la AFP Edwin Castellanos, jefe negociador guatemalteco en las negociaciones de Bonn, que concluyen el viernes.

El borrador del ambicioso acuerdo de Bonn debe ser aprobado definitivamente en París dentro de seis semanas, en la Conferencia sobre el cambio climático (COP21).

Pero solo muy recientemente los países desarrollados han empezado a admitir la idea de que la mitigación y la adaptación, dos capítulos clave en el texto, deben tener una importancia pareja, del 50%.

"La 'adaptación' está en crisis, la conferencia de París debe darle una nueva orientación", considera Seyni Nafo, portavoz del grupo África (54 estados).

Los países en desarrollo (G77, 134 naciones) se plantaron el lunes al inicio de las negociaciones finales en Bonn, y consiguieron que el texto volviera a aumentar para incluir sus preocupaciones.

"Hay una gran diferencia" entre necesidades y medios, advierte Alix Mazounie, de la red de acción para el clima (CAN), que agrupa a 900 organizaciones no gubernamentales.

Para los países desarrollados, la adaptación no puede ser una excusa para no comprometerse a reducir la emisión de gases con efecto invernadero.

Son los países emergentes, con China a la cabeza a nivel mundial, los principales contaminadores en volumen.

La discusión se ha ido inclinando hacia ese reconocimiento de que no todos los países emiten igual, y que los más vulnerables solo tienen una opción urgente, que es la de prepararse para los cambios que ya se están produciendo.

"Pero las necesidades también han aumentado" desde que el grupo de expertos sobre la evolución del clima (Giec) publicados desde 1990, explicó el negociador de Maldivas y representante de los Estados Insulares, Amjad Abdula.

"La adaptación es organizarse para evitar todo aquello que puede ser evitado", resume Harjeet Singh, de Action Aid: diques en Bangladesh, sistemas de previsión de ciclones en América Central, selección de semillas resistentes a la sequía.

"Hemos preparado planes de adaptación a corto plazo, pero ¿cuáles serán los impactos a largo plazo?", se pregunta Giza Gaspar-Martins, negociador angoleño y presidente del grupo de países menos avanzados (48 países).

En 2009, en la COP de Copnehague, los países ricos prometieron incrementar sus ayudas, hasta una monto considerable: 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020.

Además la manera de presentar ese enorme monto de ayuda está sujeto a interpretaciones: según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Norte ya ayuda al Sur anualmente por un valor de 62.000 millones de dólares, incluyendo préstamos de la banca privada.

Ahora, en las arduas discusiones de Bonn, algunos países desarrollados recuerdan que tienen congresos detrás que exigen cuentas, o que tienen déficits por respetar.

"Parte de lo que pide el G77 es predictibilidad, saber que todo esto puede venir anual o bianualmente", explica a la AFP Giovanna Valverde, la jefa negociadora de Costa Rica, que asiste a las discusiones sobre finanza.

Costa Rica forma parte del grupo de siete países latinoamericanos conocidos como Ailac, que intenta tender puentes entre las posiciones más alejadas.

"Dentro de Ailac hay tres que aportaron dinero) al Fondo Verde (creado por los miembros de la COP), con toda razón dicen que 'porque hoy hemos podido poner recursos no podemos estar seguros que dentro de cinco años los vamos a tener'", explica.

Según la OCDE, solamente el 16% de la ayuda para el clima del Norte al Sur fue a parar, en 2014, a medidas de adaptación.

La ayuda financiera, en especial después de 2020, cuando tiene que entrar en vigor el acuerdo de París, puede ser "la discusión crucial de este acuerdo", según Valverde.

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