Barroso dice adiós a la CE con un "mea culpa" por decisiones "no perfectas"

  • El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, se despidió hoy entonando un tibio "mea culpa" por la imperfección y la lentitud con la que se tomaron decisiones clave durante la crisis, que relacionó con los obstáculos planteados por las capitales.

Bruselas, 29 oct.- El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, se despidió hoy entonando un tibio "mea culpa" por la imperfección y la lentitud con la que se tomaron decisiones clave durante la crisis, que relacionó con los obstáculos planteados por las capitales.

Tras encabezar la última reunión de su colegio de comisarios, el núcleo duro de la Comisión encargado de la toma de las decisiones, Barroso descendió a una sala de prensa llena para leer sus últimas palabras tras una década al frente de la institución conocida como la "guardiana de los tratados".

Barroso comenzó su discurso en francés declarándose "orgulloso" por el trabajo realizado y mostrándose convencido de que, "pese a las dificultades", deja una Unión Europea "más abierta y unida".

"Hemos asumido los desafíos sin precedentes que se han presentado en Europa", aseguró Barroso ya en inglés.

En los dos mandatos del conservador portugués, la Unión Europea ha pasado de tener 15 a 28 miembros, fracasó en su intento de adoptar una Constitución Europea y optó por un Tratado de Lisboa cuestionado por sus límites prácticamente desde su nacimiento, y ha visto avanzar la integración de la zona del euro.

"Soy consciente que nuestra acción no fue perfecta", reconoció acto seguido Barroso, quien a lo largo de su discurso insistió en varias ocasiones en esta idea de la imperfección, aunque sin llegar a hablar de errores o fallos.

"Lamento que, también debido al complejo sistema de toma de decisiones de la Unión Europea, no siempre fue posible moverse lo suficientemente rápido", dijo Barroso, que inauguró su segundo mandato en 2009, cuando la crisis ya se cebaba con especial dureza en la zona del euro.

"Lamento que tomó demasiado tiempo movilizar la solidaridad suficiente cuando ésta era más necesitada, y al mismo tiempo asegurar la responsabilidad de los países recibiendo la ayuda", añadió.

Ya en la ronda de preguntas, Barroso pidió "poner las cosas en perspectiva" respecto a la falta de velocidad en la toma de decisiones comunitarias.

"Nos ha llevado menos tiempo que a Bélgica formar un gobierno, mucho menos. No somos tan malos, en comparación", bromeó Barroso en uno de los pocos momentos distendidos durante su intervención.

Barroso dijo que, pese a que el sistema de tomas de decisiones de la Unión Europea es lento y está "a veces lleno de contradicciones", es un modelo "más coherente" que el de otros actores.

También defendió que, en uno de los periodos más duros que ha atravesado la Unión, la Comisión Europea fue "la única institución que nunca dudó" sobre la necesidad de que Grecia continuara en el euro, y aseguró haber mantenido esta postura ante algunos líderes que se lo plantearon.

"Ha habido muchos actores que tenían, por lo menos, una posición ambigua, muchos que apostaron sobre la salida de Grecia del euro, y la CE siempre estuvo en contra de esto, porque estaba convencida de que si caía Grecia, caerían también otros países", aseveró.

Sobre su futuro, Barroso aseguró no tener "ambiciones" de continuar en la política y no haber tomado aún una decisión definitiva, más allá de participar en algunas conferencias universitarias.

"Después de 30 años en la política nacional, europea y mundial, creo que me merezco una pausa", dijo Barroso, quien leyó un poema del autor luso Miguel de Torga titulado "recomençar" (volver a empezar).

Barroso se despidió de los medios de comunicación con una sencilla despedida multilingüe, muy al estilo de Bruselas: "Thank you very much, obrigado, au revoir".

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