Berezovski acusa a Abramóvich de coacción y le pide indemnización millonaria

  • El magnate ruso Borís Berezovski se querelló hoy ante un tribunal londinense contra su compatriota Román Abramóvich, dueño del club de fútbol inglés Chelsea, a quien acusa de haberle "intimidado" para que vendiera sus acciones en la petrolera Sibneft a un precio inferior al de mercado.

Londres, 3 oct.- El magnate ruso Borís Berezovski se querelló hoy ante un tribunal londinense contra su compatriota Román Abramóvich, dueño del club de fútbol inglés Chelsea, a quien acusa de haberle "intimidado" para que vendiera sus acciones en la petrolera Sibneft a un precio inferior al de mercado.

Berezovski, que pide a Abramóvich una indemnización de 5.000 millones de dólares por daños y perjuicios, alega que este cometió un "abuso de confianza" y "abuso de contrato" cuando ocurrieron los hechos a finales de los años 90, según precisó hoy su abogado, Laurence Rabinowitz, en el Tribunal Superior de Londres.

De acuerdo con Rabinowitz, Abrómovich "traicionó y chantajeó" a su colega cuando Berezovski se enemistó con el Gobierno ruso tras la llegada de Vladímir Putin al poder, y demostró, según el letrado, que el estatus y la riqueza eran más importantes para él que la lealtad y la amistad.

Ambos empresarios, residentes en Londres y multimillonarios, estaban en la sala del tribunal en la sesión de apertura del juicio, que durará más de dos meses y en el que se espera que ambos presten declaración.

El abogado de la acusación contó a la jueza Elizabeth Gloster, de la sala comercial del Tribunal Superior, que su cliente y Abramóvich se habían asociado para adquirir Sibneft y en el proceso se habían hecho amigos.

Posteriormente, Abramóvich, viendo que su colega, que huyó de Rusia en 2000, había caído en desgracia, se aprovechó de la situación y éste "se sintió traicionado" por su antiguo socio, señaló el letrado.

"Este es el caso de dos hombres que trabajaron para adquirir un activo, en este caso Sibneft, que les haría ricos más allá de lo que cualquier persona pueda imaginar", relató el abogado.

"En el proceso -prosiguió- se convirtieron en buenos amigos hasta que el señor Berezovski, que había adquirido un alto perfil político en Rusia, entre otras cosas por su control de ciertos medios de comunicación, se enemistó con quienes estaban en el poder en el Kremlin y se vio obligado a abandonar su hogar y a construir una nueva vida en el extranjero", dijo.

Berezovski hizo su fortuna en Rusia importando vehículos y, en época del presidente Borís Yeltsin, con cuyo Gobierno colaboró, fue el accionista mayoritario del principal canal de televisión ruso, ORT, pero desde hace una década vive exiliado en el Reino Unido.

De acuerdo con su abogado, tras la caída en desgracia de su cliente con la llegada de Putin al poder, Abramóvich "intimidó" a Berezovski para que le vendiera su participación en Sibneft "a un valor sustancialmente inferior al verdadero y lo hizo mediante amenazas".

Según dijo el abogado al tribunal, esas amenazas fueron que, si Berezovski no accedía, Abramóvich presionaría para que el Kremlin confiscase sus acciones y también para evitar que un amigo íntimo suyo saliese de la cárcel.

Berezovski alega que, como resultado de esa "intimidación", se sintió presionado para vender sus intereses en Sibneft a Abramóvich por "sustancialmente menos" que su valor real.

Al término de la sesión de hoy, Rabinowitz apostilló que la amistad entre ambos había tenido un final "definitivo y amargo" porque su cliente "fue chantajeado por alguien que había sido su socio y amigo".

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