Bolivia decide en referendo si autoriza nueva reelección de Evo Morales

  • Bolivia vivía este domingo una jornada tranquila de votación, salvo un incidente aislado de quema de urnas electorales vacías, para definir si el presidente Evo Morales, en el poder desde 2006, puede presentarse a una nueva reelección, que le permitiría gobernar hasta 2025.

En la recta final de la jornada de sufragio, que debería concluir hacia las 16H00 locales (20H00 GMT), algunos recintos de voto no funcionaron de manera adecuada provocando la protesta de electores, como un caso en Santa Cruz (este), donde unos votantes molestos quemaron unas urnas y papeletas electorales vacías.

A pesar de esos hechos aislados, la misión electoral de Unasur dijo en un comunicado que valoraba que "la apertura de la votación se haya desarrollado en un clima de absoluta tranquilidad".

En La Paz hubo un forcejeo entre ciudadanos de bandos contrarios cuando el vicepresidente Álvaro García sufragaba en un recinto de votación, algo usual en las jornadas electorales en Bolivia. Un grupo de ciudadanos expresó a gritos su oposición a la reforma constitucional.

"Nosotros venimos del pueblo, acatamos lo que diga el pueblo, estaremos con lo que el pueblo vaya a manifestar, vaya a decidir o a hacer, ahora y en los siguientes años (...), ese ha sido siempre nuestro comportamiento", dijo García a periodistas.

Temprano, Morales sufragó en la región cocalera del Chapare, en el centro del país, desde donde saltó a la política, con llamados a "batir el récord" de participación en las urnas.

"Mi gran deseo es que podamos batir el récord de 2009 en el que ha participado un 96% (de los electores). Quisiéramos ahora pasar esa cifra, sería un día histórico que por primera vez con el voto del pueblo se modifique la Constitución y saber si me quieren o no", dijo.

Según el gobernante, Bolivia "está en la mira" de los medios internacionales "porque es otra forma de gobernar con el pueblo y eso es lo importante y cualquier consulta donde el pueblo participa es lo mejor".

Los primeros resultados se conocerán después de las 18H00 locales (22H00 GMT), con datos de "conteo rápido" de votos que emitirán los canales privados de televisión. Más tarde, el tribunal electoral divulgará los primeros resultados oficiales.

En una consulta en la que el voto es obligatorio, unos 6,5 millones de bolivianos debían pronunciarse este domingo sobre la reforma de la Carta Magna, que autorizaría a Morales a postularse a un nuevo mandato de cinco años, de 2020 a 2025. Otros 300.000 bolivianos lo hacían en el exterior.

El gobernante izquierdista, que inició su primer mandato en 2006 y ha sido reelegido dos veces, tiene el récord de permanencia en el poder desde la independencia de Bolivia en 1825.

Hasta la semana pasada los partidarios y detractores de la reforma constitucional estaban empatados en las encuestas, pero acusaciones de tráfico de influencias contra Morales cambiaron la situación, y según sondeos divulgados en los últimos días, los partidarios del no (47%) superaban a los del sí (27%).

La consulta de este domingo se le ha complicado al mandatario boliviano, exponente del Socialismo del Siglo XXI, por acusaciones de corrupción.

Morales, de 56 años, se ha visto afectado ante un escándalo por supuesto tráfico de influencias en favor de la empresa china CAMC, en la que su expareja, Gabriela Zapata, trabaja como gerente comercial.

La compañía logró contratos públicos por unos 560 millones de dólares, lo que ha llevado a la Contraloría y al Congreso a investigar el tema.

Morales negó cualquier delito de tráfico de influencias a favor de su expareja, con quien tuvo hace unos 10 años un hijo que luego falleció. Estos hechos eran desconocidos en Bolivia.

De perder este domingo, sería la primera derrota electoral directa de Morales en sus diez años en el poder, aunque en 2015 su partido ya perdió plazas clave en los comicios municipales.

Morales, primer indígena en llegar a la presidencia de Bolivia, también podría verse perjudicado por las consecuencias de un ataque el miércoles a la alcaldía de El Alto, ciudad vecina de La Paz en poder de la oposición. En el ataque e incendio murieron seis personas.

Los opositores atribuyen el ataque a miembros del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS), pero los oficialistas acusan a la alcaldesa Soledad Chapetón por no responder a las demandas de los vecinos.

bur-rb/mav/fj

Mostrar comentarios