Boudou, elegido por "leal", un dolor de cabeza para el Gobierno de Fernández

  • Elegido por su "lealtad" para acompañar a Cristina Fernández en los comicios que en 2011 le dieron la reelección, el vicepresidente argentino, Amado Boudou es ahora centro de un escándalo judicial por presunta corrupción que se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza para el Gobierno.

Natalia Kidd

Buenos Aires, 8 jun.- Elegido por su "lealtad" para acompañar a Cristina Fernández en los comicios que en 2011 le dieron la reelección, el vicepresidente argentino, Amado Boudou es ahora centro de un escándalo judicial por presunta corrupción que se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza para el Gobierno.

Boudou, de 51 años, será indagado este lunes por un juez que le investiga por presuntas negociaciones incompatibles con la función pública y supuesto enriquecimiento ilícito.

Está sospechado de haber utilizado sus influencias para quedarse, a través de terceros, con la imprenta de papel moneda Ciccone y luego concertar negocios con el Estado.

"Aimé", como le llaman sus allegados, se convierte así en el primer vicepresidente argentino en activo en ser indagado como imputado desde el retorno del país a la democracia, en 1983.

El escándalo se desató a raíz de una investigación periodística en febrero de 2012, pocos días después de que Boudou dejara de ocupar la Presidencia por tres semanas de licencia que se tomó Cristina Fernández por una operación de tiroides.

En diciembre de ese mismo año, el fiscal Jorge Di Lello inicio una investigación contra Boudou por presunto enriquecimiento ilícito y el caso terminó en manos del juez Ariel Lijo, el mismo a cargo de la denominada "causa Ciccone".

En el ojo de la tormenta, el año pasado Fernández tuvo que delegar el poder en Boudou por varias semanas para someterse a una neurocirugía, pero desde su regreso la mandataria fue relegando a su vicepresidente de la escena pública, al calor del creciente escándalo.

De momento, las voces oficiales del Gobierno le sostienen la mano y aseguran que confían en la inocencia de Boudou, pero medios locales afirman que la influyente agrupación kirchnerista La Cámpora, liderada por Máximo Kirchner, hijo de la mandataria, ya le retiró su bendición.

Y es que Boudou no viene del "riñón" del kirchnerismo, a pesar de que Fernández lo ungió a mediados de 2011 como compañero de fórmula electoral por su supuesta "lealtad al modelo".

Nacido en Buenos Aires pero criado en Mar del Plata (400 kilómetros al sur de la capital), fue titular del Ministerio de Economía entre julio de 2009 y diciembre de 2011, período durante el cual presuntamente se quedó con Ciccone.

Llegó a esa carrera tras administrar durante casi un año la millonaria caja de la seguridad social del país, que él mismo abultó con su polémico plan de nacionalización de los fondos privados de jubilación.

De ideas económicas heterodoxas, como las de los Kirchner, la prensa local vincula sus inicios en la militancia política con la Unión de Centro Democrático, fuerza de centroderecha ya desintegrada, algo que Boudou ha buscado desmentir públicamente.

No ha podido sin embargo negar su paso por el Centro de Estudios Macroeconómicos Argentinos, cuna de los economistas de la ortodoxia neoliberal del país.

Boudou comenzó a amasar su ascendencia en el entorno kirchnerista a partir de mayo de 2008, cuando fue designado director ejecutivo de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), el ente estatal que maneja el sistema de jubilaciones en Argentina.

El economista había ingresado en la Anses en 1998 en el área de gestión de presupuesto, donde hizo carrera gracias al padrinazgo político del exjefe de gabinete y hoy líder opositor Sergio Massa, quien dirigió el organismo estatal entre 2002 y 2007.

Dejó la Anses a finales de 2003 para ejercer como secretario de Hacienda del Partido de la Costa, bajo la intendencia de un kirchnerista.

El "escándalo Ciccone" ha borrado por completo de los medios aquella fama de "soltero codiciado" y amante de la "buena vida" que solía tener.

Y ya no se le ve montado en su Harley Davidson o con su guitarra eléctrica a cuestas, como en los tiempos de campaña.

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