El incremento de la temperatura global, a lo largo de este siglo, irá desde 1,5ºC (actualmente ya ha subido 1ºC) hasta 4ºC, dependiendo de la reacción de los países frente a este desafío. En la mayoría de los casos, la lucha contra el cambio climático es dura porque no existe la conciencia de que el cambio climático sea un problema. ¿En qué me afecta a mí, ciudadano medio, el incremento de 2ºC en la temperatura anual? Fácil; en un balance global está demostrado que traerá más inconvenientes que beneficios, y uno de los peores efectos negativos recae sobre nuestra salud: será más fácil morirse.Un riesgo "potencialmente catastrófico"
Que viviremos menos y peor conforme se agrave la situación de cambio climático es la conclusión del Observatorio DKV de Salud y Medio Ambiente de 2016. La aseguradora de salud, actualmente una empresa con cero huella de carbono gracias a la reducción de su impacto medioambiental un 60% en la última década, quiere concienciar con estudios científicos respecto a esta situación. No es el suyo un esfuerzo de cara a la galería: a una aseguradora le interesa, económicamente, que el clima sea lo menos inestable posible para no caer en indemnizaciones millonarias, y qué mejor que predicar con una gestión que, según el experto medioambiental Jesús de la Osa, "es digna de elogio e imitación".
El cambio climático mata, y para ello se ejemplifica con la ola de calor europea de verano de 2003. Solo en España, se produjeron entre 7.000 y 15.000 muertes adicionales por la subida brutal del termómetro en aquellas semanas. En toda Europa sumaron unos 72.000 fallecimientos y, según un informe de la OMS, entre 2030 y 2050 unas 250.000 personas morirán por las consecuencias del cambio climático, en un cálculo que la propia organización afirma haber hecho muy por lo bajo.Más riesgos para la salud en todos los campos
De la Osa técnico medioambiental y colaborador de ECODES que ha redactado este número del observatorio, titulado 'Cambio climático y salud'. En su informe explica porqué la emisión de gases contaminantes nos hace vivir menos: si respiramos aire contaminado -y el 95% de los españoles, según la OMS, lo hace- hay más probabilidad de contraer enfermedades respiratorias; los desequilibrios climáticos provocan más sequías, olas de calor, incendios e inundaciones, con sus correspondientes muertos directos, la ruina de las cosechas y el número de jornadas perdidas por la imposibilidad de trabajar en la calle. La economía, asegura el autor del informe, obtiene más desventajas de la cambiante situación climática.
Así mismo, De la Osa destacó tres frentes en los que el cambio climático actúa con fiereza: en el género -las mujeres lo sufren más-, en la infancia y en la pobreza. Y en países pobres, que además sufren episodios más importante o de sequías o de huracanes y ciclones y disponen de menos medios para frenarlos, estos agravantes pesan más. La disponibilidad de menos agua y alimentos provocará "refugiados climáticos", otro serio problema de inmigración hacia los países ricos.
Los inviernos más cálidos favorecen la supervivencia de especies transmisoras de enfermedades, desde mosquitos -dengue, virus zika, chikunguña, fiebre amarilla o malaria, entre otros- hasta garrapatas. El incremento de las temperaturas provoca que aumente la concentración y duración de polen en el ambiente, lo que hace crecer las alergias. Además, con más calor se agravan los problemas mentales y la violencia.El mayor reto del ser humano en el siglo XXI
Sin embargo, se quiere huir del pesimismo que inevitablemente conlleva este tema. "El cambio climático debe ser nuestro gran reto del siglo XXI, al igual que para nuestros padres fue terminar con la esclavitud y democratizar la sociedad", citó De la Osa. Hizo especial hincapié en la concienciación de las personas como forma de frenar esta catástrofe medioambiental. "Hay que tener claro que todo esfuerzo en pro del medio ambiente nos beneficia directamente", explicó, y citaba el ejemplo de moverse en bicicleta o andando en lugar de en coche, lo que reduce los riesgos de padecer diabetes e hipertensión, entre otros.
En general, cualquier esfuerzo individual por ahorrar en electricidad, calefacción, agua y por reciclar "nos beneficia personalmente más de lo que se cree". Josep Santacreu, consejero delegado de DKV, destacó la importancia de los medios de comunicación para difundir este mensaje. Al fin y al cabo, la especie humana se juega su pellejo si no evita una subida severa de la temperatura global que tendría consecuencias funestas.
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