Esto tuvo lugar en momentos en que Túnez, pionero de la Primavera árabe, enfrenta importantes desafíos económicos y en materia de seguridad, sobre todo tras haber sufrido en 2015 en su territorio tres graves atentados reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Este cambio, que era esperado desde hacía varias semanas, es el primero efectuado desde la investidura del actual presidente, Beji Caid Esebsi, el 31 de diciembre de 2014. El mismo fue informado mediante un simple comunicado.
En particular, hubo cambios en el ministerio del Interior, en el cual ya hubo varios anteriores tras el atentado suicida del 24 de noviembre en Túnez capital, donde doce miembros de la guardia presidencial murieron en pleno centro de la ciudad.
Además, fueron suprimidos todos los cargos de secretario de Estado, 14 en total.
Este cambio profundo tuvo lugar en momentos en que el gobierno es blanco de vivas críticas ante la falta de resultados, tanto en el campo económico -crecimiento en 2015 inferior a 1%- como en el de la seguridad.
"2015 (...) ha sido un año difícil", había reconocido el presidente Esebsi en ocasión del Año Nuevo. Pero, "nuestro Estado se mantiene en pie, el gobierno cumple con su deber y estamos avanzando", aseguró.
"Creemos que el año próximo será mejor (...) y que esto será un nuevo punto de partida hacia la realización de los objetivos por los cuales tuvo lugar la revolución", había añadido Esebsi, de 89 años de edad.
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