Canarias recupera el sueño del escultor vasco Eduardo Chillida para Tindaya

  • Las Palmas de Gran Canaria.- El escultor Eduardo Chillida recupera su único proyecto inacabado, el "Monumento a la Tolerancia", que consiste en horadar la montaña mágica de Tindaya, en Fuerteventura, a fin de simbolizar la unión del cielo y la tierra.

Canarias recupera el sueño del escultor vasco Eduardo Chillida para Tindaya
Canarias recupera el sueño del escultor vasco Eduardo Chillida para Tindaya

Las Palmas de Gran Canaria.- El escultor Eduardo Chillida recupera su único proyecto inacabado, el "Monumento a la Tolerancia", que consiste en horadar la montaña mágica de Tindaya, en Fuerteventura, a fin de simbolizar la unión del cielo y la tierra.

La conclusión del proyecto, que llevaba más de 18 años paralizado, será posible gracias al acuerdo alcanzado entre el Gobierno de Canarias y la familia del fallecido escultor.

Una iniciativa con la que, además de culminar ese emblemático sueño, se pretende potenciar los atractivos turísticos de la isla.

Chillida, que falleció en 2002, explicó en vida que este "emocionante proyecto" fue "una aventura" que había dado "muchas vueltas" desde que una noche se despertó y le surgió la idea de excavar una montaña, de forma que otros se quedaran con la piedra y él con el espacio vacío interior.

El autor estuvo buscando montañas en Finlandia y Alemania hasta que encontró Tindaya, que era la que se ajustaba a sus necesidades artísticas.

Lo que será el parque temático de Tindaya se fundamentará en un espacio de forma cúbica de unos 50x50x50 metros horadados en el interior de la montaña, lo que supone, según explicó en su día el Luis Chillida, hijo del artista, vaciar un 0,3 por ciento del volumen de una montaña que su padre no deseaba dañar sino salvar con esta obra, la única que dejó inacabada.

El propósito del Ejecutivo que preside Paulino Rivero es convocar antes de dos meses un concurso público, licitado en unos 75 millones de euros, para que la construcción pudiera comenzar este mismo año.

Rivero llegó ayer a un acuerdo con la familia de Chillida para comenzar los trámites con la intención de que la obra pueda ser acometida por una empresa en régimen de concesión administrativa de explotación.

El sueño de Eduardo Chillida arrancó con Lorenzo Olarte como consejero de Turismo del Gobierno de Canarias, y comenzó con la idea de salvar la montaña de las perforaciones que se hacían en la misma en las canteras Cabo Verde y Arucas.

Pese a que los propietarios de las canteras llegaron a un acuerdo con la empresa pública Saturno para permitir la conservación de la montaña, éste no se concretó y, posteriormente, con Román Rodríguez de presidente autonómico, el proyecto se paralizó.

El Ejecutivo canario reactivó la ilusión de Chillida con Adán Martín de presidente y, al margen de la conflictividad judicial, se fueron cumpliendo los plazos administrativos como los estudios geotécnicos, realizados por equipos de ingenieros suizos, alemanes, estadounidenses y españoles, según informaron a Efe fuentes del Cabildo de Fuerteventura.

Posteriormente se remitió el proyecto al Ministerio de Cultura por encontrarse en la montaña múltiples grabados podomorfos atribuidos a los antiguos pobladores majoreros, aunque éstos no se verán afectados por la obra.

Además, la obra fue inicialmente adjudicada a las empresas Necso y FCC, aunque finalmente se anuló esa adjudicación y no fue hasta 2008 cuando el Gobierno canario culminó el planeamiento territorial adecuado.

El último estudio fue el de impacto medioambiental, concluido a finales de 2010, que tampoco puso objeciones a la construcción de la obra, ya que la montaña no se verá afectada en su exterior.

En cualquier caso, las normas de conservación del Monumento Natural de Tindaya siguen recurridas ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias.

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