El accidente en que murieron 13 estudiantes en Tarragona se debió al sueño del conductor

El accidente de autobús registrado el pasado 20 de marzo en la AP-7, en el término de Freginals, en Tarragona, y en el que murieron 13 estudiantes extranjeras de Erasmus se debió, presuntamente, al sueño y cansancio del conductor. Así lo desvela el atestado de los Mossos d'Esquadra al que ha tenido acceso 'El Periódico de Cataluña'. 

En el siniestro también resultaron heridos otros 40 estudiantes, además del conductor, Santiago R.J., que todavía se recupera de las graves heridas sufridas. Los Mossos han elaborado el informe tras analizar el autobús, la vía por la que circulaba, la velocidad del mismo y las declaraciones de pasajeros y otros testigos. 

Según 'El Periódico', el juzgado de Amposta ha solicitado a la Inspección de Trabajo que investigue las condiciones laborales del chófer y si se habían respetado los periodos de descanso. Desaceleraciones no justificadas 

En el informe se recogen las "anormales" y no justificadas desaceleraciones del vehículo durante el trayecto desde Valencia, donde los estudiantes se habían trasladado para pasar un día en Las Fallas. El autobús comenzaba el viaje de vuelta a Barcelona a las 4.03 horas y el accidente se producía a las 5.51 horas. 

En el minuto anterior al accidente, por ejemplo, el autocar pasó de una velocidad de 100 a 74 kilómetros por hora, para volver después a los 100, sin que hubiera causas en el tráfico o en la vía que lo justificara, según la policía autonómica.

Del análisis del tacógrafo del vehículo siniestrado se desprende que hubo"variaciones en la velocidad significativas" desde el tramo comprendido entre el peaje de Sagunto y el lugar del accidente.

En concreto, el informe refleja 77 desaceleraciones superiores o igual a dos kilómetro por hora. Comparativa con el comportamiento de otros autobuses

Los Mossos también han comparado el comportamiento del vehículo accidentado con otros dos autobuses que componían el convoy de estudiantes y aseguran que estas desaceleraciones son "anómalas en cuanto a la falta de linealidad en la conducción".

"Es como si el conductor hubiera ido dando cabezaditas porque se dormía", han explicado a 'El Periódico' fuentes de la investigación. 

Además, algunos de los viajeros supervivientes también han declarado que vieron en estado de somnolencia al conductor y que éste pisó en varias ocasiones las rayas que marcan el arcén.