Capacidad negociadora del Gobierno mexicano, a prueba con reforma energética

  • La reforma del sector energético, la más importante de las planteadas hasta ahora en México, pondrá a prueba la capacidad de negociación del Gobierno de Enrique Peña Nieto en un tema muy sensible para la sociedad mexicana.

Paola Martínez Castro

México, 8 nov.- La reforma del sector energético, la más importante de las planteadas hasta ahora en México, pondrá a prueba la capacidad de negociación del Gobierno de Enrique Peña Nieto en un tema muy sensible para la sociedad mexicana.

Y es que desde la expropiación de la industria petrolera decretada en 1938 por Lázaro Cárdenas, este recurso es considerado un símbolo de la soberanía nacional y cada vez que los Gobiernos han intentando abrir el sector al capital privado han visto frustrados sus proyectos.

Esta vez los principales partidos políticos del país coinciden en que la empresa pública Petróleos Mexicanos (Pemex) debe modernizarse y convertirse en una palanca del desarrollo, pero difieren en las formas de lograrlo.

El conservador Partido Acción Nacional (PAN) presentó un proyecto legislativo que propone cambios constitucionales que permiten a las empresas privadas participar en la explotación de los hidrocarburos, así como en la distribución de sus derivados, a través de concesiones.

En tanto, el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) defiende en su iniciativa el monopolio de la industria petrolera en manos del Estado e impulsa la autonomía presupuestaria y de gestión de Pemex sin hacer cambios a la Carta Magna.

Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), plantea en su iniciativa cambios en dos artículos de la Constitución para abrir al sector privado la exploración y explotación de hidrocarburos mediante contratos de utilidad compartida, sin que la nación pierda la propiedad de dichos recursos.

En su momento, la propuesta oficial no despertó mucho entusiasmo en el sector privado, ni nacional ni extranjero, que esperaba una mayor apertura a la anunciada.

Ahora el Legislativo deberá "definir cuál es el punto de conciliación que hay entre las distintas propuestas que se han hecho en esta materia", afirmó ayer el mandatario un día después de que The Wall Street Journal divulgara que su Gobierno negociaba con el PAN una mayor apertura del sector respecto al proyecto original a través de distintas modalidades de contrato con las empresas.

La información desató todo tipo de reacciones en México: los dirigentes del PRI y del PAN se apresuraron a desmentir esas negociaciones y cuestionaron una nota que carece de fuentes identificables.

El titular de Pemex, Emilio Lozoya, aseguró que es una "mentira" que se vaya a privatizar la petrolera, mientras que el PRD se retiró de la mesa donde los tres partidos debaten la reforma político electoral.

El líder izquierdista e hijo del artífice de la expropiación petrolera, Cuauhtémoc Cárdenas, alertó sobre un saqueo de la riqueza energética del país si se concreta la iniciativa oficial, y acusó al Gobierno de ocultar "información vital" sobre esta reforma.

El dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, ha dicho que presentará una denuncia penal en contra de Peña Nieto "por traición a la patria".

Por primera vez desde las elecciones presidenciales de 2012, los fuerzas de izquierda se han unido para hacer frente a una reforma energética que consideran tiene claros "tintes privatizadores" y recaban firmas para pedir un referendo vinculante sobre la iniciativa.

El PRI, que no cuenta con la mayoría calificada para aprobar por si solo las reformas en el Congreso, sacó adelante la fiscal con el respaldo del PRD, tras negociar algunas modificaciones, y es probable que ahora acerque posiciones con el PAN para dar luz verde a la energética.

En declaraciones a Efe en Austin (EE.UU), el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, admitió que el Gobierno necesitará ser "flexible" a las exigencias del partido conservador en torno al proyecto energético para que sea aprobado en el Congreso.

Si se considera que "el PRD no va a ir" y el PRI solo tiene "posibilidades de sacarlo con una mayoría con el PAN", "tendremos que mostrarnos más flexibles".

Además, dijo, eso "tiene que ocurrir antes de diciembre" porque "el capital político es el bien más perecedero que se tiene en la política".

Sin embargo, antes de definir el alcance de la reforma energética, algo que según Peña Nieto ahora está en manos del Congreso, el PRI, PAN y PRD aún deberán llegar a un acuerdo sobre la reforma político electoral.

Así lo han convenido los tres socios del Pacto por México, lo que podría retrasar la aprobación de la reforma energética hasta principios del próximo año.

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