Carrera por presidencia argentina entra en la cuenta regresiva

  • Tras 12 años de un Kirchner a la cabeza de una boleta electoral, Argentina entra en la cuenta regresiva para elegir el 25 de octubre un presidente que, oficialista o de oposición, significará un giro en este país marcado por el proyecto de centroizquierda que lideró un matrimonio.

En 2003, con el país hundido tras la debacle económica de 2001, el fallecido Néstor Kirchner (2003-2007) asumía la presidencia entre el escepticismo político y la desconfianza popular. Cuatro años después lo sucedió su esposa Cristina Kirchner que, tras dos mandatos, deja un 30% de apoyo al proyecto y una popularidad personal por encima del 50%.

El candidato bendecido por Kirchner, Daniel Scioli, luce favorito en los sondeos pero sus números son hoy insuficientes para vencer a su rival conservador, Mauricio Macri, en una primera vuelta.

Para evitar el balotaje el 22 de noviembre se necesita más del 45% de los votos, o más del 40% de los votos con una diferencia de al menos 10 puntos.

El panorama actual "asegura una segunda vuelta", dijo a la AFP el politólogo Javier Tejerizo, director de la organización de análisis electoral Elecciones Argentina.

"Aún estamos lejos de las elecciones y recién este domingo (20 de septiembre) inicia la campaña formalmente, por lo cual los números de las primarias no han sufrido variaciones", explicó.

A 37 días de la elección presidencial el clima electoral es más bien tibio y los sondeos no muestran cambios en relación a los números que arrojaron las primarias del 9 de agosto.

El oficialista Scioli, gobernador de la gigante provincia de Buenos Aires (casi 40% del padrón), fue el más votado (38%). Macri fue segundo (30%) y el exkirchnerista Sergio Massa, tercero (20%).

"Todos pensamos que el 9 de agosto se definía prácticamente el 25 de octubre y eso no ha sucedido. Me parece que la justa distribución de las primarias ha generado un 'no clima electoral' por ahora", indicó a la AFP el analista político Pablo Knopoff, director de la consultora Isonomía.

El 2015 en Argentina empezó con el terremoto institucional que provocó la muerte sospechosa del fiscal Alberto Nisman el 18 de enero, cuatro días después de acusar a la presidenta Kirchner de encubrir a iraníes por el ataque al centro judío AMIA en 1994.

Luego de las primarias de agosto una grave inundación golpeó el territorio gobernado por Scioli, que hizo un polémico viaje a Italia por esos días.

También mataron a un militante en Jujuy (norte) y las elecciones de Tucumán se transformaron en un caos de acusaciones de fraude que salpicó a oficialistas y opositores.

"La verdad es que nada de todo esto ha movido todavía la situación electoral", dijo Knopoff.

Este estancamiento se explica por lo que Knopoff llama "la agenda del primer metro cuadrado, que es básicamente cómo se siente el argentino: si la heladera está llena, si hay empleo, si hay seguridad o no en la puerta de la casa y si hay consumo generalizado".

Y aunque las cifras macroeconómicas son desalentadoras, el peso argentino, la inflación y el desempleo parecen bajo control.

Pero la economía luce estancada, el déficit fiscal supera el 5% y el superávit comercial se diluye al ritmo que cae el precio de la soja, el 'oro verde' de la última década.

Macri, alcalde de Buenos Aires y candidato de la alianza conservadora Cambiemos, pregona el cambio, pero promete mantener los subsidios sociales que sostienen el voto duro kirchnerista.

Millonario de cuna y empresario de éxito, el expresidente del club de fútbol Boca Juniors, de 56 años, aseguró el viernes que su plan "no viene a sacar nada. El que tiene una ayuda social la va a seguir teniendo, pero además tendrá la posibilidad de trabajar".

Encuestas confirman que las políticas de Kirchner con mayor apoyo, más de 60% según Isonomía, son la Asignación Universal por Hijo, la nacionalización de la petrolera YPF y Aerolíneas Argentinas, y leyes como la del matrimonio igualitario.

Scioli, otro exitoso empresario y excampeón de motonáutica de 58 años, tiene el desafío de conquistar al electorado independiente que no ve diferencias claras con su rival conservador.

El jueves recibió en Buenos Aires al presidente de Bolivia Evo Morales en visita privada para apoyar su campaña, como lo hizo una semana antes el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010).

Knopoff considera que "indudablemente" esta elección marca un cambio al no estar ningún Kirchner en la boleta principal, pero "el grado de cambio estará signado esencialmente sobre qué grado de kirchnerismo tendrá Scioli si es presidente".

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