Cataluña: ¡Se lo han creído!

    • Sin embargo, sus protagonistas utilizando la técnica atribuida a Göbbels creen que:una mentira repetida mil veces se convierte en verdad.
    • Pero la culpa no es sólo de los Mas, Junqueras, Puigdemon o Rovira, también lo es de los que por inanición, cálculo político o cobardía no les pararon, ni les paran, los pies.
Puigdemont: "Nos quisieron borrar como nación. No se salieron con la suya. Saldremos adelante"
Puigdemont: "Nos quisieron borrar como nación. No se salieron con la suya. Saldremos adelante"

Lo peor del proceso independentista catalán es que sus protagonistas ¡se lo han creído! No se sabe si por la insensatez de sus actores o por la inacción de los contrarios a la independencia. Las declaraciones de Puigdemont, de Marta Rovira o los juramentos de los electos en el parlamento catalán y el español confirman que el paroxismo independentista ha llegado a esos límites. Se han creído que es posible, aunque eso no es cierto.Ni económicamente, ni políticamente es posible. El Estado español (en el que los catalanes son una parte) no lo va a permitir. La Unión Europea no quiere que ocurra. Más del 50% de los catalanes tampoco ¿Entonces?Sin embargo, sus protagonistas utilizando la técnica atribuida a Göbbels creen que: una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Dicen que el propagandista nazi, íntimo amigo del Hitler, llegó a creer tanto en este eslogan que no huyó cuando todo estaba perdido porque seguía predicando que Alemania ganaría la guerra. Se unió al bunker donde estaba su Jefe y cuando éste se suicidó hizo lo mismo y envenenó a sus seis hijos.Pero la culpa no es sólo de los Mas, Junqueras, Puigdemon o Rovira, también lo es de los que por inanición, cálculo político o cobardía no les pararon, ni les paran, los pies. La culpa es de los ingenuos que les prestan sus votos para que puedan tener grupo parlamentario en el Senado y quién les ofrece Estado Federal utópico e irrealizable. La culpa es de quienes cada vez que dieron un paso en la línea del "process" no sacaron la ley y no contestaron adecuadamente su osadía. La culpa es del buenismo de unos y la pasividad de los otros.Con cada actividad permisiva se ha ido creando el imaginario en una parte de la población de que no sólo era posible la secesión, sino que era inevitable. Ya hace tiempo que a la primera declaración realizada desde un puesto institucional que cuestionase, de alguna manera, la Constitución e 1978 debía haberse instado la inhabilitación para el ejercicio de cargo público. El ciudadano particular tiene derecho a su libertad de expresión. Pero el cargo público tiene la obligación de respetar y "hacer respetar" la legislación vigente.Al no hacerse la defensa radical de la democracia, que exige el imperio de la ley, los independentistas se han ido creciendo. Al crecer han conseguido nuevas adhesiones y con ellas han aumentado la esperanza de que se puede conseguir lo inalcanzable.Grave porque si después del nivel a que ha llegado el autoengaño de los dirigentes separatistas se demuestra que es falso, la frustración va a ser grande, muy grande. Miles de personas frustradas son un caldo de cultivo para el conflicto y la desesperación.A este nivel se ha llegado: los líderes separatistas se lo han creído y los garantes de la ley no les han cortado las alas a tiempo. No hay que engañarse: cada vez es más difícil obligar a los independentistas a retroceder de sus postulados. Sus acciones y declaraciones les van comprometiendo y si se frustran pueden llegar a situaciones complicadas, como le pasó al loco nazi. Por el bien de todos y el suyo en particular, es necesario actuar ¿Nadie va a hacer algo serio?

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