Clegg: La actual ley de sucesión británica pertenece a "una época pasada"

  • El viceprimer ministro británico, Nick Clegg, afirmó hoy en el Parlamento que la actual ley de sucesión al trono de Inglaterra, en la que los hombres tienen primacía sobre las mujeres, pertenece a una "época pasada".

Londres, 22 ene.- El viceprimer ministro británico, Nick Clegg, afirmó hoy en el Parlamento que la actual ley de sucesión al trono de Inglaterra, en la que los hombres tienen primacía sobre las mujeres, pertenece a una "época pasada".

La Cámara de los Comunes del Parlamento británico inició hoy el debate del llamado Proyecto de Ley de Sucesión al Trono (Crown Bill), que eliminará el principio de la preferencia del varón y legalizará la sucesión determinada por el orden de nacimiento.

Estos cambios permitirán que el hijo de los duques de Cambridge, que nacerá el próximo julio, sea el tercero en la línea de sucesión tras el príncipe Carlos y el príncipe Guillermo de Inglaterra, sea cual sea su sexo.

Según Clegg, la monarquía es "una institución central de la constitución, de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth) y de la identidad británica" en la que no caben "las leyes discriminatorias por razones de sexo o religión".

El líder liberaldemócrata señaló que la legislación vigente "refleja antiguos prejuicios y miedos" y está basada en la "supuesta superioridad de los hombres", un "anacronismo" que "envía un mensaje equivocado al resto del mundo".

La actual ley, que data de 1701, impide además que los casados con católicos puedan acceder al trono, ya que su impulsor, el rey Guillermo III (1650-1702), protestante y sin hijos, quiso impedir que ascendiera a la Corona un heredero fiel a la religión del papa de Roma.

El proyecto, que se encuentra hoy en su segunda lectura en los Comunes, suprime también esta prohibición, de tal manera que aquellos miembros de la Familia Real que contraigan matrimonio con católicos podrán mantener su puesto en la línea de sucesión.

La nueva legislación modificará, asimismo, la Ley de Matrimonios Reales de 1772, que establecía que los descendientes de Jorge II (1683-1760) debían contar con el consentimiento del monarca para que sus bodas fueran válidas.

Como explicó hoy Clegg, el proyecto -que deberá contar con la aprobación de los Comunes, los Lores y de la propia reina Isabel II- propone que el monarca solo necesite dar consentimiento a los matrimonios de los seis primeros en la línea de sucesión.

En caso contrario, las uniones serán válidas, pero los cónyuges perderán su derecho a heredar la Corona inglesa.

El debate no ha permanecido ajeno a las voces críticas que alertan de que el proyecto de ley, que propone grandes cambios constitucionales, se está tramitando demasiado rápido en la Cámara de los Comunes, con solo dos días para debatir.

El diputado conservador Nicholas Soames, nieto del exprimer ministro británico Winston Churchill, lamentó la "intoxicante velocidad" con la que se lleva a cabo el trámite parlamentario del proyecto.

En la misma línea se manifestó otro diputado "tory", Jacob Rees-Mogg, que dijo que el proyecto ha sido tratado "como si fuera legislación sobre terrorismo", lo que constituye "un insulto a la nación, a la soberanía y al Parlamento".

El hijo de la reina Isabel II y heredero al trono, el príncipe de Gales, habría mostrado su "preocupación" por los planes "apresurados" para cambiar la legislación, según el tabloide "Daily Mail".

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