Clegg subraya que el Reino Unido no comprometerá la soberanía de la Malvinas

Madrid.- El viceprimer ministro británico, el liberal-demócrata Nick Clegg, afirmó hoy en Madrid que el Reino Unido no comprometerá la soberanía de las Islas Malvinas, que provocó en 1982 una guerra entre su país y Argentina.

"Creemos que los derechos, la soberanía, las preferencias de los isleños (población de las Malvinas) tienen una importancia primordial", señaló Clegg en un desayuno informativo celebrado con motivo de su primera visita oficial a España.

"No comprometeremos los derechos, las preferencias y la soberanía de los habitantes de las Malvinas", subrayó el "número dos" del Gobierno de coalición que dirige el conservador David Cameron.

"Claramente, deseamos que las Islas Malvinas sigan siendo parte del Reino Unido", zanjó Clegg.

El líder del Partido Liberal-Demócrata británico hizo esos comentarios después de que el pasado martes la cuadragésima Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobara una declaración en la que los cancilleres reiteraron su respaldo a Argentina en su disputa con el Reino Unido sobre las Malvinas.

La OEA reafirmó también la necesidad de que los gobiernos argentino y británico reanuden, cuanto antes, las negociaciones sobre el contencioso de la soberanía, a fin de hallar una solución pacífica a la prolongada controversia.

El inicio de la exploración petrolera de empresas de capital británico en las Malvinas ha tensado en los últimos meses la relación entre el Reino Unido y Argentina, que impuso restricciones a los barcos que parten de tierra firme hacia el archipiélago por considerar que esas operaciones "violan su soberanía" sobre las islas y aguas circundantes.

El Gobierno de David Cameron ha presentado una queja formal por los controles que aplica Argentina a la navegación en torno a las Malvinas, situadas en el Atlántico Sur a 400 millas marinas al este de las costas del país sudamericano.

Gran Bretaña, que ocupa las Malvinas desde 1833, y Argentina se enfrentaron en una guerra por la soberanía del archipiélago en 1982, en la que murieron 255 militares británicos y más de 650 argentinos.

Pese a la derrota argentina en la contienda, el Gobierno de Buenos Aires no ha dejado de reivindicar ante los pertinentes organismos internacionales la soberanía sobre las islas.