Comisión electoral de Kenia reinicia recuento de votos tras fallos en sistema

Nairobi, 6 mar.- La Comisión Electoral Independiente de Kenia (IEBC, por su acrónimo inglés) volvió a empezar hoy el recuento de sufragios tras los comicios kenianos después de un fallo general del millonario sistema electrónico adquirido para ese fin.

En una rueda de prensa en Nairobi retransmitida por todas las televisiones locales, el presidente de la IEBC, Isaack Hassan, indicó que, "siendo realistas, los resultados definitivos deberían estar (listos) para el viernes".

Ante el nerviosismo motivado por la tardanza en la publicación de los resultados, Hassan pidió: "Por favor, sed pacientes y dejad que la IEBC termine su trabajo".

El nuevo recuento dibuja un panorama totalmente distinto al mostrado hasta ahora por los resultados provisionales de la IEBC.

Así, el primer ministro, Raila Odinga, cuenta con un 73 por ciento de los votos, mientras que el viceprimer ministro Uhuru Kenyatta, imputado por la Corte Penal Internacional por crímenes contra la humanidad, se encuentra ahora a la zaga con un 25 por ciento.

Estos resultados -"oficiales", según Hassan, pero poco representativos-, corresponden al recuento de unos 150.000 votos, procedentes de seis de las 291 circunscripciones en las que está dividido el país, más del voto de la diáspora.

Para suplir los fallos en el nuevo sistema informático electoral, la IEBC optó por trasladar a Nairobi a todos los apoderados de la comisión en los distritos de Kenia para que aportaran las cifras en papel.

Hassan señaló que la comisión espera tener en Nairobi a sus representantes mañana.

La IEBC tiene hasta el lunes, como máximo, para anunciar los resultados de las elecciones presidenciales.

Más de 14 millones de votantes registrados estaban llamados a las urnas el pasado lunes con el fin elegir a su presidente para los próximos cinco años, así como a diputados, senadores, gobernadores y representantes locales.

Las del lunes fueron las primeras elecciones que Kenia celebraba tras la oleada de violencia postelectoral que se desató al conocerse los resultados de los comicios presidenciales de finales de 2007 y que se extendió durante los primeros meses de 2008, con un balance de unos 1.300 muertos y al menos 300.000 desplazados.