Condena sin prisión a un policía implicado en muerte de brasileño en Sídney

  • Un tribunal australiano halló hoy culpable a un policía por la muerte del estudiante brasileño Roberto Curti en marzo de 2012 tras recibir descargas eléctricas después de una persecución en Sídney, aunque no lo envió a prisión.

Sídney (Australia), 16 dic.- Un tribunal australiano halló hoy culpable a un policía por la muerte del estudiante brasileño Roberto Curti en marzo de 2012 tras recibir descargas eléctricas después de una persecución en Sídney, aunque no lo envió a prisión.

La magistrada de un tribunal local Claire McFarlane condenó al agente Damian John Ralph aunque optó por dejarle en libertad vigilada bajo fianza con la condición de que no cometa ningún delito durante los próximos dos años, según la agencia local AAP.

Otros tres policías implicados, Eric Lim, Scott Edmondson y Daniel Barling, no fueron hallados culpables, según la fuente.

Roberto Laudisio Curti, de 21 años, murió tras recibir 14 descargas eléctricas al ser reducido por una decena de policías poco después de una denuncia por el robo de dos paquetes de galletas en una tienda en el centro de Sídney.

Poco antes, el estudiante había sufrido un episodio sicótico e iba corriendo por el centro de la ciudad bajo los efectos de LSD.

En diciembre de 2013, la Comisión de Integridad de la Policía de Australia anunció su decisión de imputar a Lim y Ralph por agresión, y a Edmondson y Barling por agresión con la agravante de haber causado lesión corporal.

La fiscalía del estado de Nueva Gales del Sur recomendó procesar a los agentes al considerar que existen pruebas suficientes para acusarles, tras evaluar un informe de la propia comisión policial.

Un informe forense sobre la muerte de Curti determinó en noviembre de 2012 que los agentes actuaron de forma brutal, imprudente y peligrosa al detener al joven utilizando pistolas eléctricas "táser" y aerosoles paralizantes de pimienta.

Las pistolas eléctricas, que causan descargas eléctricas de 400 voltios, son utilizadas por las fuerzas de seguridad en países como Australia, Reino Unido o Estados Unidos para reducir al agresor en situaciones que no justifican el uso de armas de fuego.

Sin embargo, organizaciones como Amnistía Internacional denuncian que las "táser" han causado ya decenas de muertes y además pueden ser utilizadas para torturar a detenidos.

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