Condenados a diez y veinte años de cárcel los padres acusados de asfixiar a su bebé

Sevilla.- La Audiencia de Sevilla ha condenado a 10 y 20 años de cárcel a la pareja que fue declarada culpable por un jurado de matar a su hija de 28 días, a quien el padre introdujo una bola de papel en la garganta.

El abogado de los padres ha informado a Efe de que la Audiencia ha impuesto 20 años de cárcel al padre como autor material de la introducción de la bola de papel higiénico de 4,5 por 2 centímetros en la tráquea del bebé, mientras que la madre ha sido condenada a diez años como autora por omisión.

La sentencia ha sido notificada hoy a la acusada, que se encuentra en libertad, mientras que mañana se notificará a su marido, encarcelado desde que ocurrieron los hechos.

La condena se ha dictado después de que el pasado día 14 un jurado popular declarase culpables a Rubén C.O. de un delito de asesinato con alevosía, como autor material de la muerte ocurrida en la madrugada del 31 de agosto de 2009, y a su pareja Esther S.D. de homicidio por omisión.

El jurado consideró probado que la recién nacida murió poco después de las seis de la madrugada y que los acusados estuvieron con el bebé muerto durante media hora, hasta que a las 6,45 horas hicieron una llamada al servicio de emergencias sanitarias simulando que seguía viva, como una manera de exculparse.

Aunque la Fiscalía había admitido una posible condena alternativa para la mujer de cuatro años de cárcel, en lugar de trece, por un delito de homicidio por imprudencia y no por omisión, el jurado finalmente se inclinó por la posibilidad más dura y consideró que la mujer tuvo conocimiento de la muerte de su hija y no hizo nada.

En su declaración, el acusado aseguró que todo ocurrió "en milésimas de segundo" y que actuó "torpemente" al colocar un trozo de papel higiénico empapado en alcohol en una herida que el bebé tenía en el labio.

Los forenses, sin embargo, declararon que la bola de papel higiénico tenía un tamaño mayor que toda la boca de la pequeña y fue presionada hacia dentro de la tráquea, por lo que es imposible que el propio bebé la succionase.