Condenan a 4 años por empujar al vacío a un joven apoyado en Puente Segovia

  • La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a cuatro años de cárcel a un joven que, sin motivo aparente, empujó al vacío a un joven que se encontraba apoyado en el muro del madrileño Puente de Segovia, quien a causa de la caída sufrió lesiones que le provocaron secuelas.

Madrid, 5 jul.- La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a cuatro años de cárcel a un joven que, sin motivo aparente, empujó al vacío a un joven que se encontraba apoyado en el muro del madrileño Puente de Segovia, quien a causa de la caída sufrió lesiones que le provocaron secuelas.

El acusado, identificado como Juan P.J., de 19 años, ha sido también sentenciado por un delito de lesiones con deformidad al pago de una indemnización de 5.100 euros por las lesiones y a otros 30.000 euros en concepto de secuelas.

Los hechos tuvieron lugar a las cinco de la madrugada del 17 de abril de 2010 cuando la víctima, Johathan F.M., de 20 años, se encontraba junto a un amigo en el Puente de Segovia de Madrid, en un tramo con una altura de entre 3 y 4 metros sobre el cauce por el que discurre el río Manzanares.

Mientras esperaban a otra amiga para regresar a sus domicilios, la víctima se encontraba apoyado en el muro de piedra del puente y con los pies en el suelo mirando hacia la calzada.

En ese momento el acusado Juan P.J., acompañado de tres amigos, pasó en dirección a un vehículo situado en las inmediaciones y al pasar a la altura de la víctima le pidió un cigarro.

Al contestar que no tenía, "inesperadamente" y sin que hubieran cruzado "más palabras, recriminaciones ni insultos" que pudieran alertar a Johathan "de un posible malestar, desagrado o agresión del acusado", el acusado empujó de frente a su víctima, que se precipitó de espaldas puente abajo y se estrelló contra un pasillo de hormigón que está unido a la base de la pilastra del puente.

A causa de la caída, la víctima sufrió politraumatismos y fracturas que tardaron en curar 82 días y que le han dejado secuelas como cicatrices y una limitación en la movilidad del codo izquierdo.

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