Condenan a excandidato presidencial por acusar a Collor de consumir cocaína

Sao Paulo, 26 ago.- Un tribunal brasileño condenó hoy al ex diputado y excandidato presidencial Ciro Gomes a pagar una indemnización por daños morales al expresidente y senador Fernando Collor de Mello (1990-1992) por acusarlo de consumir cocaína, informaron fuentes judiciales.

El juez quinto civil de Sao Paulo condenó a Gomes, también exgobernador del estado de Ceará y exministro, a pagarle a Collor una indemnización de 100.000 reales (unos 62.500 dólares).

El expresidente exigió la reparación debido a que Gomes, en una entrevista concedida a un diario en 1999, lo tildó de "playboy desvergonzado" y "aspirador de cocaína".

En la misma entrevista, Gomes, que aún puede presentar un recurso contra la condena, aseguró que Collor de Mello era un embustero y que su deseo era darle una "paliza".

"El autor (de la denuncia por daños morales) fue herido en su honra objetiva y subjetiva, y afectado social e individualmente", según la sentencia del magistrado.

"No hay dudas de que tales expresiones fueron proferidas con la clara intención de ofender al autor, incluso porque escapan plenamente a cualquier campo de debate político y son propias de una disputa personal que jamás debe ser expuesta", agrega la sentencia.

El abogado de Gomes, Helio Parente, afirmó a la versión electrónica del diario O Globo que presentará un recurso contra la condena porque el proceso tramitó por doce años y, en su opinión, ya prescribió.

Gomes, dirigente del Partido Socialista Brasileño (PSB), tiene varios procesos judiciales por otras declaraciones polémicas, como por haber tildado al oficialista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) de "cuadrilla de asaltantes".

El político, que fue candidato presidencial en 1998, también llamó "burro" en una ocasión a un elector y dijo que el principal papel de su esposa, la actriz Patricia Pillar, era dormir con él.

Como ministro de Hacienda en 1994 dijo que la inflación había que bajarla a "porrazos" y que los consumidores obligados a pagar sobreprecios por algunos productos eran unos "imbéciles".