Condenan al cuñado de Liu Xiaobo a 11 de prisión por un delito de fraude

  • Un juzgado de Pekín sentenció hoy a 11 años de cárcel a Liu Hui, cuñado del Premio Nobel Liu Xiaobo, al considerarle culpable de fraude en una disputa de negocios, una pena inusualmente elevada en este tipo de casos.

Pekín, 9 jun.- Un juzgado de Pekín sentenció hoy a 11 años de cárcel a Liu Hui, cuñado del Premio Nobel Liu Xiaobo, al considerarle culpable de fraude en una disputa de negocios, una pena inusualmente elevada en este tipo de casos.

Según confirmó a Efe el abogado Ding Xikui, cercano a la familia, Liu fue declarado culpable esta mañana de embolsarse junto a otro socio 3 millones de yuanes (alrededor de 500.000 dólares, 380.000 euros) que fueron reclamados por una tercera parte en una disputa inmobiliaria.

De acuerdo a su defensa, el dinero fue devuelto y la policía desestimó el caso en otoño pasado, hasta principios de este año, cuando se retomaron los cargos contra Liu.

Familiares y otros defensores de Liu denuncian que la sentencia, desproporcionada según los estándares chinos en un delito de ese rango, es parte de la persecución de las autoridades sobre la familia del premio Nobel Liu Xiaobo, así como una forma de intimidación hacia otros activistas políticos.

El caso de Liu Hui, hermano de Liu Xia, esposa del Nobel chino, es el último episodio de la denunciada persecución contra la familia.

Liu Xiabo fue detenido en 2008, y desde poco después que recibiera el Nobel de la Paz en 2010, su esposa fue puesta bajo arresto domiciliario.

En los dos últimos años y medio, apenas se la ha podido ver fuera de su vivienda, aunque no se conocen cargos oficiales en su contra, y varios periodistas y activistas que han intentado visitarla han sido atacados por los guardias que cercan su casa en Pekín.

Tampoco puede tener acceso a teléfono o a Internet, para prevenir que gestione apoyos de otros activistas.

Liu Hui fue detenido en febrero, poco después de que Liu Xia contactara con la prensa internacional, por lo que varias organizaciones de derechos humanos y la familia consideran que se trata de una nueva represalia de las autoridades chinas.

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