Túnez.- Los enfrentamientos violentos entre manifestantes y fuerzas del orden se reanudaron anoche y continuaron hoy en la capital de la región de la cuenca minera de Gafsa, donde una columna de humo se puede apreciar a varios kilómetros de la ciudad, indicaron a Efe fuentes sindicales.
Según las mismas fuentes, a pesar del toque de queda decretado también en esa región, los manifestantes atacaron tres comisarías de Policía, quemaron un gran supermercado y asaltaron la oficina de correos en el centro de la urbe.
La región minera de Gafsa, en el centro oeste del país, protagonizó una ola de revueltas sociales en 2008, que duraron seis meses antes de que el Gobierno consiguiera calmar la situación.
También en la ciudad de Kaserín, al sur de Gafsa, y donde comenzó la revuelta social a mediados de diciembre pasado, se reanudaron las manifestaciones y los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
En la capital tunecina, fuentes sindicales señalaron a Efe que un joven de 25 años, de nombre Najid, murió anoche por tiros de la Policía poco antes de que entrase en vigor el toque de queda en la Cité Etadamen, un barrio pobre de las afueras de la ciudad.
Cientos de jóvenes desafiaron el toque de queda en la capital la pasada noche y se manifestaron por algunos barrios acomodados del norte de la ciudad y en varios distritos obreros del extrarradio.
La presencia militar continuaba esta mañana en la capital tunecina en torno a la sede de la televisión estatal, rodeada por soldados armados y un camión del Ejército, según constató Efe.
En otras partes del centro en torno a organismos oficiales las unidades militares han sido reemplazadas por efectivos policiales y blindados de las fuerzas antidisturbios.
El edificio del Ministerio del Interior, en la céntrica avenida Habib Burguiba, se encuentra vigilado por numerosas tanquetas de las fuerzas de intervención especial.
La vida cotidiana se ha reanudado poco a poco en el centro de la ciudad tras el final del toque de queda, aunque las terrazas de los cafés y restaurantes de la avenida Burguiba permanecen cerradas y numerosos policías de civil deambulan por las calles.
La última cifra oficial de víctimas proporcionada por el Gobierno el martes cifraba en 21 los muertos en todo el país desde que comenzaron los disturbios a mediados de diciembre, mientras que los partidos de oposición y los sindicatos hablaban de más de 50 víctimas mortales.
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