"Debemos asegurarnos de que los norcoreanos comprendan que cada provocación encontrará una respuesta y que no tienen ninguna posibilidad de derrotar" a Corea del Sur y a su aliado estadounidense, declaró.
Carter respondía desde el Pentágono a preguntas de militares estadounidenses ubicados en el país y en el mundo entero, una semana después que las tensiones entre las dos Coreas estuvieron a punto de precipitar un conflicto armado en la zona.
Este episodio demuestra cómo la situación puede rápidamente degenerar con Pyongyang, agregó el secretario de Defensa. Corea es un "polvorín", y las tropas sudcoreanas deben estar listas para el combate "todos los días", afirmó.
"Es probablemente el único lugar del mundo en que una guerra puede estallar en un instante".
Washington juega un papel clave en la defensa de Seúl desde el fin de la Guerra de Corea, en 1963. Unos 30.000 soldados estadounidenses están desplegados en el país.
Ambas Coreas alcanzaron la semana pasada, tras maratónicas negociaciones, un acuerdo para desactivar una crisis debida a la explosión de una mina norcoreana en la frontera a comienzos de agosto y a altoparlantes sudcoreanos que difundieron propaganda del otro lado de la frontera.
Corea del Norte aceptó finalmente presentar inhabituales "disculpas" por la explosión de la mina, y Corea del Sur hizo callar sus altoparlantes.
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