Cuando la barba de tu vecino veas brillar, pon la coleta a remojar

    • La abrumadora victoria de David Cameron en las elecciones supone un baño de realismo para los más indignados de Europa.
    • Cuando buena parte de un país clama por el cambio, los medios de comunicación suelen olvidar algo obvio: otra buena parte piensa lo contrario, aunque no lo diga abiertamente.
Los líderes de Ciudadanos y Podemos, Albert Rivera y Pablo Iglesias.
Los líderes de Ciudadanos y Podemos, Albert Rivera y Pablo Iglesias.

Hasta el primer ministro David Cameron reconoce sentirse sorprendido por el resultado de las elecciones. Algunas encuestas vaticinaban el empate técnico a pocos días del inicio de la votación. Hace dos días, el diario El País se preguntaba si las elecciones británicas están tan reñidas como parece. Contestaba con un rotundo SÍ, y lo justificaba en los resultados de las encuestas.

El sumatorio de encuestas de la BBC otorgaba un 34% de votos para los conservadores, un 33% para los laboristas, un 14% para UKIP, un 8% para los liberaldemócratas.

24 horas después de estas previsiones, los británicos acudían a las urnas para terminar respaldando masivamente al ministro que ha conducido las riendas del país en la mayor parte de la crisis.

No es el único ganador de la jornada. El mismo Mariano Rajoy no tardó en felicitarse de que las políticas reformistas (o sea, las que él aplica en España) hayan obtenido tan buen resultado en las urnas. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, ha apostillado que "una cosa son las encuestas y otra las elecciones".

¿Qué lecciones pueden aplicarse para España de los comicios en el Reino Unido?1. Las encuestas son menos fiables en situaciones de volatilidad política

Cuando los dos principales partidos de un país, en el caso de España el PP y PSOE, decepcionan a su votantes, muchos de ellos padecen una sensación de 'orfandad política que tratan de resolver de manera muchas veces precipitadas. Si este vacío coincide con la aparición de otras fuerzas capaces de generar ilusión, el traspaso de voluntades resulta sencillo. Lo que no resulta tan fácil es que los nuevos partidos puedan sostener ese impulso escapista de los votantes de partidos tradicionales. "Las aguas suelen volver a su cauce", dice el refrán. En política sucede lo mismo. El mayor aliado del PP y el PSOE en este momento, y por tanto el mayor enemigo de Podemos y Ciudadanos, es el tiempo.2. La opinión publicada no siempre se corresponde con la opinión pública

Los medios de comunicación viven de generar audiencia. Las audiencias fijan su atención en lo novedoso, lo extraño o lo que se sale de la norma. La detención de un personaje como Rato genera un sinfín de portadas y de noticias. Que una empresa en tiempos de crisis sortee sus dificultades y pague todos los meses las nóminas de sus empleados, no produce ninguna. ¿Cuál de estas realidades afecta condiciona más al votante medio? En términos generales, las personas suelen modificar sus hábitos políticos según lo que sufren ellos mismos, no los demás. Se puede vivir una situación de crispación mediática en un día a día relativamente sereno para el ciudadano medio. Podríamos decir, usando la teoría de la célebre socióloga Elizabeth Noelle-Neumann, que en España, al igual que lo que se ha visto en el Reino Unido, puede existir una "espiral del silencio" de los no indignados. Cuando buena parte de un país clama por el cambio, los medios de comunicación suelen olvidar algo obvio: hay otra buena parte piensa lo contrario, aunque no lo diga abiertamente.3. La economía puede no dar alegrías, pero el optimismo sí

El voto es una acción, sobre todo, de futuro. Es cierto que existe el voto de castigo, de aquel votante que recuerda los engaños y las promesas incumplidas desde la última elección. Pero no es menos cierto que el voto remite, sobre todo, al futuro. La gente vota pensando no tanto en qué ha pasado, sino en aquello que le puede pasar en el futuro. La recuperación de la economía española no es hoy tan evidente para el ciudadano medio, pero la mejora de las expectativas sí lo es. Quizá el Gobierno no deba presumir tanto de que los ciudadanos estén mejor que en noviembre de 2011, pero sí puede alegarse de que su confianza en el futuro sí es sustancialmente mejor.4. No hay mucha paciencia con las 'terceras vías'

Cuando "lo malo conocido" se vuelve muy malo, la gente puede optar por "lo bueno por conocer". Pero aquella opción que se presume "buena por conocer" puede perder su crédito con mucha facilidad. Estavulnerabilidad de los nuevos actores políticos explica el ataque constante de los partidos tradicionales hacia Ciudadanos y, sobre todo, hacia Podemos. Resistir las invetivas cuando vienen en forma de bombardeo mediático, y más aún cuando buena parte de tu militancia no tiene experiencia en la arena política, es una empresa difícil. Gobernar y pactar, facilitando o impidiendo mayorías en tal o cual territorio, pueden pasar facturas muy graves, como ha tenido ocasión de comprobar el liberaldemócrata Nick Clegg.5. Una cosa es capitalizar el enfado y otra liderar una fuerza política

Muchos de los movimientos sociales que integraron con entusiasmo Podemos en todas las provincias de España no comparten el mismo entusiasmo hoy que entonces. Organizar un partido implica tomar decisiones. Tomar decisiones implica llegar a acuerdos. Llegar a acuerdos requiere ceder. No todos los miembros fundadores de las nuevas formaciones políticas pueden reconocer su pensamiento años después en las obras que iniciaron. El caso de Juan Carlos Monedero es sólo un ejemplo, quizá tempranero, de los rigores de la política como actividad cotidiana. Más que obtener votos suficientes en las elecciones, tanto Ciudadanos y Podemos se enfrentarán aún reto mayor: articular un partido disciplinado. Lo que ha pasado a UPyD a pocos años de su fundación, debería hacerles reflexionar seriamente. No todo son votos. Para sobrevivir, hay que tener la casa bien cimentada.6. El miedo existe

Todos los candidatos empiezan la campaña electoral con gestos de entusiasmo y llamados a la esperanza. El optimismo es obligación para un político... sobre todo de puertas para afuera. Pero sólo los más experimentados no pieden de vista que en el ánimo de los votantes existe una fuerza decisiva: el miedo. Ese resorte se puede activar de las formas más variopintas. Sea como sea, el miedo suele jugar a favor de los partidos que ya han gobernado. Y ellos lo saben. Valga la siguiente anécdota para ilustrar cómo opera el miedo en el votante medio, contada por un señor a un amigo: "Fíjate lo mal que lo hace mal el Gobierno, que hasta mi madre habla mal de Rajoy. Está indignada porque no ha bajado los impuestos, como prometió. ¡Está que trina con lo del IVA! Y que no haya retirado la ley aborto la tiene encolerizada. Fíjate cómo estará que hasta me ha dicho que este domingo, cuando salga de misa, será la última vez que vote al PP".

Sigue @martinalgarra

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