De amas de casa a empresarias 'verdes'

La retahíla de cursos que impartía la asociación de mujeres de Pegaljar, un pueblo de 3.000 habitantes en la provincia de Jaén, pronto se les quedó pequeña. Manuela Herrera, María Nieves Almagro, Isabel López, Lourdes Hermoso e Inmaculada Herrera querían ir más allá de las actividades que proponía este colectivo, "que los cursos nos sirvieran para algo", explica Manuela Herrera.

Así que estas mujeres, sin empleo fuera de sus casas, decidieron pedir un curso sobre una materia que no existía en España, "para utilizar el aceite de oliva, que aquí está por todas partes, más allá de la gastronomía", añade Herrera. Ese algo fue crear una alquimia cosmética con el ingrediente más célebre de la dieta mediterránea. Con fondos europeos, el Ayuntamiento trajo al pueblo a un experto en aceites esenciales. Se estaban acercando. En un curso de 120 horas, el experto y estas cinco mujeres aprendieron a mezclar aromas de lavanda, tomillo y otras esencias y aceite de oliva virgen extra.

El resultado fue la creación de la empresa Olea Cosméticos, que este año cumple 11 años y acaba de ganar el Premio de Excelencia a la Innovación para Mujeres Rurales 2010, que concede el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. La apuesta innovadora de este grupo de mujeres consiste en haber invertido su patrimonio en una planta industrial de 1.300 metros cuadrados y tres plantas para disponer de su propio laboratorio. Antes trabajaban en un local de alquiler, y antes en una oficina prestada por el Ayuntamiento de Pegaljar.

Ninguno de sus jabones, geles, cremas o champús contiene perfume, sólo aceites esenciales que compran a empresas especializadas y aceite virgen extra que sale de olivos que tienen en propiedad en una cooperativa de la comarca. Sus precios no tienen nada que ver con le marketing verde que se ha instalado en ese sector. Todos están muy por debajo. "Claro, no tienen nombre italiano", aclara Herrera.

Su próximo paso será vender por Internet, aunque a algunas de ellas no les convenza la idea. "A mí me gusta más hablar con la gente y recomendarles qué producto les viene mejor antes que poner esa imagen del carrito en la web, pero habrá que adaptarse". Y después, quieren exportar. Sus cremas ya están experimentando el mercado en Rusia, Corea e Irlanda. Tienen previsto firmar acuerdos de colaboración con estos países, pero aún no ha llegado el momento. Su sello es del parque natural de la Sierra de Mágina.