Declaran monumento nacional el cuartel donde inició la represión de Pinochet

Santiago de Chile, 12 nov.- El Consejo de Monumentos Nacionales de Chile declaró hoy monumento histórico nacional al excuartel donde se creó el aparato represor de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y también sirvió de centro de detención y torturas, informaron fuentes oficiales.

El lugar está ubicado en la playa Marbella del balneario Rocas de Santo Domingo, a unos 115 kilómetros al suroeste de Santiago, donde el retirado general Manuel Contreras, que actualmente purga más de 400 años de condena por violaciones a los derechos humanos, creó la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA).

La ministra de Cultura, Claudia Barattini, declaró hoy que "hemos recuperado para la memoria de Chile el excuartel Rocas de Santo Domingo".

La tramitación no estuvo exenta de problemas y negativas, ya que el Ejército se opuso a la decisión al argumentar "que actualmente (las instalaciones) están siendo ocupadas por personal del cuadro permanente y sus familias en la región de Magallanes".

En su carta de negativa, el Ejército también señala que dichas cabañas son de su propiedad, bajo la figura jurídica de patrimonio de afectación fiscal.

El excuartel Rocas de Santo Domingo fue originalmente un conjunto de cabañas construidas por el Gobierno de la Unidad Popular, en el Gobierno del presidente Salvador Allende, a poca distancia del regimiento Tejas Verdes ubicado en San Antonio, con el fin de dar vacaciones a trabajadores y sus familias.

Tras el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, Contreras se tomó dichas cabañas y de forma paralela creó un centro de torturas instalado en el subterráneo del casino de oficiales del regimiento Tejas Verdes, donde él era director.

Al menos 30 militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), de los partidos Comunistas y Socialistas, detenidos fundamentalmente en San Antonio, fueron llevados a las cabañas de Rocas de Santo Domingo donde fueron torturados.

Durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), según cifras oficiales, unos 3.200 chilenos murieron a manos de agentes del Estado, de los que 1.192 figuran hasta hoy como detenidos desaparecidos, mientras otros 33.000 fueron torturados y encarcelados por causas políticas.