Derrota abrumadora del partido que gobierna Australia en los comicios locales

  • El Partido Laborista, que gobierna Australia desde 2007, ha sufrido una derrota abrumadora en los comicios legislativos del estado de Queensland celebrados el sábado, en lo que los analistas interpretan hoy como un aviso para las elecciones generales del año que viene.

Sídney (Australia), 25 mar.- El Partido Laborista, que gobierna Australia desde 2007, ha sufrido una derrota abrumadora en los comicios legislativos del estado de Queensland celebrados el sábado, en lo que los analistas interpretan hoy como un aviso para las elecciones generales del año que viene.

Aunque el resultado oficial aún debe ser anunciado, el laborismo obtendrá en torno a siete diputados y la opositora coalición liberal sobre los 76, en una cámara legislativa local de 89 escaños.

La primera ministra de Queensland, Anna Bligh, asumió la derrota, que acaba con catorce años consecutivos de gobiernos laboristas en ese estado, y anunció su dimisión como líder del partido en la región.

"Queensland ha decidido en las urnas acabar con mi era política en Queensland", señaló Bligh, según la radio ABC.

El líder de la coalición liberal, Tony Abbott, indicó que el laborismo ha recibido una "lección fundamental" en los comicios de ayer.

"El mensaje básico (de las votos) es que el programa laborista en el ámbito nacional es tóxico", dijo Abbott por la cadena de televisión Skynews.

La derrota en Queensland se produce al mes siguiente de que el laborismo sufriese una crisis interna cuando el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Kevin Rudd, retó el liderazgo en el partido de Julia Gillard, primera ministra del país.

El enfrentamiento se resolvió con una votación interna de la que salió fortalecida la posición de Gillard, aunque los comicios del sábado abren una nueva grieta en la agrupación.

La analista política Michelle Grattan escribió hoy en el diario "Sydney Morning Herald" que los habitantes de Queensland han juzgado y castigaron a Bligh por "la emboscada para privatizar", y añadió que "es improbable que perdonen a Gillard por haber traicionado su confianza".

Observadores más afines al laborismo atribuyeron la derrota a políticas locales de Queensland difícilmente extrapolables al entorno nacional, aunque también coincidieron en la importancia de tener en cuenta el resultado.

Los australianos están convocados a elegir un nuevo gobierno cada tres años.

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