Desesperación entre los residentes de Gaza les empuja al suicidio y la droga

  • La difícil situación económica y política en la franja de Gaza ha elevado el número de suicidios y despertado la preocupación de las autoridades que tratan de tomar medidas para reducir los casos.

Saud Abu Ramadán

Gaza, 2 jul.- La difícil situación económica y política en la franja de Gaza ha elevado el número de suicidios y despertado la preocupación de las autoridades que tratan de tomar medidas para reducir los casos.

De 45 años, desempleado y padre de ocho hijos, Jaled Abu Dalal, acude cada mañana a la plaza donde se erige el monumento al soldado desconocido en el centro de la ciudad de Gaza para escapar de las incesantes demandas de sus hijos que le piden comida, ropa y juguetes.

"Realmente no sé lo que hacer o a dónde ir. No tengo trabajo y ya no me queda más dinero en el bolsillo, me siento desesperado y deprimido", reconoce Abu Dalal a Efe, que se ha dejado crecer una corta barba gris.

"Esta dura situación me lleva a pensar en cometer un crimen o consumir drogas", afirma.

Expertos sociales palestinos opinan que la situación en la franja de Gaza, gobernada por el movimiento islamista Hamás desde hace seis años, es muy difícil y que cunde la desilusión, el pesimismo y la depresión entre sus habitantes más de lo común debido a la encrucijada política y la situación económica.

El investigador de la Corporación Palestina Independiente para los Derechos Humanos en Gaza, Mustafa Ibrahim, cree que el estancamiento del proceso de paz, la división interna entre Hamás y Al Fatah, y el bloqueo israelí "provoca depresión y hace que se incrementen los crímenes y la drogadicción", así como la violencia.

"Ocho personas murieron en Gaza en junio, una cifra muy elevada comparada con meses anteriores. Hubo tres casos de suicidio y cinco personas que perdieron la vida en disputas familiares", apunta Ibrahim antes de señalar como razón principal a la "difícil situación económica".

Los datos expuestos por organizaciones internacionales y locales muestran que en los últimos seis años la tasa de pobreza y desempleo ha aumentado, alcanzando la pobreza en Gaza a más del 50 por ciento del millón setecientos mil habitantes y el paro hasta al 35 por ciento, debido al bloqueo israelí y al atolladero político y económico.

"La pobreza y el desempleo o el estancamiento político y económico son las razones detrás de la creciente violencia entre la población, pero también interviene la represión física que la policía de Hamás practica contra la libertad individual de la gente", señala Ibrahim.

El portavoz de la Policía de Hamás en Gaza, Ayub Abu Shaar por su parte, asegura que sus agentes han arrestado recientemente a todos los que estaban detrás de los asesinatos y el tráfico de drogas en el enclave y afirma que la Policía "lleva a cabo su misión diaria de proteger a la sociedad de Gaza de más crímenes".

Hace dos semanas, el Ministerio del Interior del movimiento islamista puso en marcha una campaña para combatir las drogas.

Pero no son pocos los palestinos que se quejan de cómo las autoridades llevan a cabo esa lucha contra la drogadicción, con redadas en cafés y restaurantes y cacheos forzosos a los clientes.

"Desafortunadamente ha habido tres o cuatro crímenes recientemente en Gaza, pero no podemos decir que el fenómeno es general ni que se extienda. La Policía ha creado en gran medida una situación de estabilidad y seguridad en los últimos seis años", afirma el portavoz policial.

Las autoridades islamistas también niegan que el deterioro de la economía, el estancamiento del proceso de paz y la falta de reconciliación entre Hamás y Fatah sean motivos que fomenten la violencia y drogadicción.

El fiscal general de Hamás en Gaza, Ismail Jaber, asegura que el 90 por ciento de los crímenes recientes están motivados por disputas familiares y no por cuestiones económicas o políticas.

Por ello, la Fiscalía ha pedido a la Policía que confisque las armas que estén en manos de civiles.

"El Gobierno, la Fiscalía y la Policía golpearemos con un puño de hierro a cualquiera que quiera traer el caos a Gaza" declaró Jabber, que amenazó que pronto se llevarán a cabo "ejecuciones de criminales y traficantes de drogas para poner fin a los crímenes".

Mohsen Al Ifranji, académico palestino de la Universidad Islámica de Gaza, atribuye el aumento de los crímenes y la inseguridad en la franja a una "crisis moral" y a la "debilidad de la ley".

Abu Dallal, al igual que muchos de las decenas de miles de hombres en Gaza que son incapaces de sostener a sus familias ni en el escalón social más bajo, está convencido de que si la situación en la franja continúa como hasta ahora, los crímenes, suicidios y tráfico de drogas aumentarán y "destruirán la sociedad".

Hamás tomó el poder en la franja en junio de 2007, tras expulsar del territorio a las fuerzas fieles a Al Fatah (que gobierna en Cisjordania), lo que motivó un férreo bloqueo israelí al territorio por tierra, mar y aire que ha devastado su economía y hecho a gran parte de la población dependiente de la ayuda humanitaria.

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