Así lo ha señalado en un comunicado el abogado del afectado, quien confía en la nulidad y la posterior readmisión de su cliente, debido a "la falta de pruebas, y que los supuestos hechos que motivan el despido no tienen que ver con la relación laboral".
Según los hechos, la empresa despidió el pasado agosto a uno de sus trabajadores, argumentando que era el administrador de un grupo de Whatsapp privado compuesto por amigos y compañeros.
"La empresa relaciona un incidente ocurrido dentro de las instalaciones de la compañía, con la exclusión de dos personas de ese grupo de Whatsapp, aunque admite no tener conocimiento del momento en el que se dieron estas exclusiones, y a su vez admite que el trabajador despedido no se encontraba prestando sus servicios cuando sucedió dicho incidente", ha señalado.
El letrado sostiene que la empresa da por hecho que está supuesta coincidencia tiene que ver "con actos de intimidación, coacción y acoso, contra los citados miembros de ese grupo y trabajadores de la empresa".
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