Imágenes de la televisión mostraron multitudes enfurecidas con palos a través de las calles del septentrional estado de Haryana, incendiando edificios del gobierno local y estaciones de ferrocarril, dañando trenes y bloqueando la circulación en dos importantes autopistas.
El viernes se registraron cuatro muertos, según medios locales, después de que la policía disparara contra los manifestantes.
Miembros de la comunidad Jat se venían manifestando desde hacía una semana, exigiendo cupos para que sus miembros accedan a los empleos públicos y a la educación, una especie de "discriminación positiva" que ya se ha otorgado a castas desfavorecidas en India.
El jefe de gobierno de Haryana, Manohar Lal Khattar -del mismo partido ultranacionalista hindú, el BJP, que el primer ministro indio, Narendra Modi- pidió calma en la tarde del sábado.
"Insto a la gente, especialmente a los jóvenes, a cesar las protestas. No se ganará nada destruyendo la propiedad", declaró Khattar en una entrevista difundida por televisión.
Por su parte, el jefe de policía Yash Pal Singal confirmó la muerte de una persona: "La muerte de una persona está confirmada y cinco más están en estado crítico. Ochenta más están heridos", declaró.
El director del principal hospital del distrito en el que se registraron las manifestaciones dijo a la AFP que él también sólo estaba informado de la muerte de una persona.
Los líderes de la comunidad Jat amenazaron con seguir manifestándose, después de que las conversaciones con el gobierno del estado de Haryana no dieran los resultados que esperaban.
"Las manifestaciones se acabarán cuando el gobierno acepte nuestros pedidos", afirmó a la AFP el presidente de una organización nacional que agrupa a los miembros de la comunidad Jat.
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