En una nota, la Policía ha explicado que los detenidos trataban de eludir los controles policiales transportando la sustancia estupefaciente en el interior del organismo mediante la ingesta de la misma, o bien adosada a su cuerpo, sumando una cantidad mayor a 130 kilogramos de hachís.
La mayoría de los detenidos llevaban oculta la sustancia en el interior del organismo mediante la ingesta previa de una gran cantidad de bellotas de hachís, que superan el kilogramo de peso, llegando incluso en ocasiones a alcanzar los dos kilogramos.
En otras ocasiones llevaban la sustancia escondida debajo de la ropa mediante la adhesión de placas de hachís a su cuerpo con cinta adhesiva.
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