Detienen a dos directivos y a un celador de cárcel mexicana donde murieron 49

  • La directora del penal mexicano de Topo Chico en Nuevo León (norte) un comisario y un celador fueron detenidos por su presunta responsabilidad en el motín carcelario que dejó 49 muertos, informó la fiscalía local.

La Procuraduría General de Justicia de Nuevo León reveló que los funcionarios protegían a algunos reos que ejercían el control en el penal, entre ellos Iván Hernández Cantú, alias "El Credo", quien tenía una lujosa celda dentro de la cárcel en la que incluso recibía a mujeres.

La directora del penal de Topo Chico, Georgina Salzar Robles, y el comisario de administración penitenciaria, Jesús Fernando Domínguez, fueron arrestados tras ser señalados de "no guardar las medidas de seguridad en el reclusorio", dijo el sábado en rueda de prensa Carlos Cruz de Hoyos, fiscal investigador.

El celador José Reyes Hernández también fue detenido presuntamente por dar muerte con su arma de fuego a uno de los reos durante el motín, ocurrido el jueves en la madrugada, el más cruento registrado en México en los últimos años y que prendió las alarmas en Nuevo León ante el repunte de la violencia.

La directora y el comisario son señalados como principales responsables del motín, ya que permitían a los presos "deambular libremente día y noche" por el penal en vez de estar en sus celdas, algunas de las cuales ya no tenían candados, dijo el fiscal investigador.

Los directivos del penal también están acusados de "tráfico de droga, cobro de piso y de conceder privilegios" a algunos reos, añadió.

Mientras la mayoría de los reos vivían hacinados durmiendo hasta en el suelo, Hernández Cantú "tenía cama king size, una pantalla de televisión de 50 pulgadas y baño de lujo, además al momento del ataque estaba una dama con él", dijo de su lado el procurador estatal (fiscal) Roberto Flores Treviño, quien atribuyó estas condiciones irregulares a la falta de personal de vigilancia.

Autoridades de Nuevo León dijeron que el sangriento enfrentamiento se debió a una pugna por el control de la prisión entre dos líderes rivales de los Zetas, Iván Hernández Cantú y Juan Pedro Zaldívar Farías, alias 'El Z-27', este último trasladado hacía apenas dos meses a ese centro penitenciario.

Ambos fueron trasladados el viernes a otros penales.

La mayoría de las víctimas fallecieron por heridas de armas punzocortantes, golpes de martillo y palas, y una persona presentó herida de bala.

Igual que en Topo Chico, donde la sobrepoblación alcanza 35%, con 3.800 reos, muchas cárceles mexicanas, enfrentan hacinamiento, malas condiciones y un "autogobierno" ejercido por líderes de cárteles narcotraficantes presos en muchas prisiones.

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