Díaz aprovecha el 'caso Besteiro' para desenterrar la guerra con Sánchez

  • Malestar de la presidenta de la Junta por la actitud complaciente del líder socialista tras las imputaciones. 

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz (archivo).
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz (archivo).

La renuncia de Gómez Besteiro a ser el candidato de los socialistas gallegos a las elecciones que tendrán lugar este otoño no es suficiente para Susana Díaz.

La presidenta andaluza ha hilado fino este lunes en el comentario sobre la decisión del PSOE de apartar al gallego de la candidatura, pero permitirle, a cambio, mantenerse como secretario general del PsdG. Esto es, seguir siendo el líder del partido en Galicia.

“En Andalucía hay personas que, más allá del código ético, asumen sus responsabilidades previamente a lo que pida ese código”, se ha limitado a valorar Díaz.Un código ético cuestionado

La referencia al código ético del PSOE está ciertamente meditada. Sánchez puede ampararse en él para justificar que Besteiro no dimita del todo hasta que no se le abra juicio oral, algo que por el momento no ha sucedido. El dirigente gallego, fiel amigo del líder socialista y uno de los poquísimos barones que siempre han cerrado filas con él, acumula en cambio hasta diez imputaciones en dos causas diferentes.

La aseveración de Díaz ha sido un claro toque de atención a Sánchez, hasta ahora resguardado de injerencias internas como candidato a la investidura, y una puesta en valor de la actitud de sus dos predecesores, Chaves y Griñán, que dimitieron presionados por la firma del pacto con Ciudadanos en Andalucía.Otros barones coinciden con Díaz

La opinión es compartida por los barones más críticos con el líder socialista, y que aún respetan una pactada tregua de silencio para no entorpecer en las negociaciones. No se entiende una actitud menos rotunda, ni tampoco la incoherencia con otros casos similares, como el del anterior secretario general del PSM. La dirección socialista sostiene que el caso de Tomás Gómez fue diferente y se basó en la previsión de los malos resultados electorales y la división en las agrupaciones madrileñas.

Desde Ciudadanos se han atribuido el mérito de la renuncia de Besteiro, y se han limitado a señalar que sería también coherente que abandonase la secretaría general.

El acuerdo firmado impide llevar en listas electorales o proceder al nombramiento de altos cargos investigados. De igual forma, “se comprometen a cesar a los altos cargos y pedir el acta a los cargos electos que, a partir de la fecha de este acuerdo, pasen a situación de investigados mantenida por el Ministerio Fiscal por delitos relacionados con la corrupción”. La interpretación es ciertamente ambigua, aunque el partido naranja no ha insistido en pedir la dimisión de Besteiro también de la secretaría.

Una actitud que contrasta con la de Díaz, y que alimenta las voces de que sugieren un nuevo intento de atacar la secretaría general, en mayo.

Por ahora, la presidenta andaluza no despeja si su futuro político está en Andalucía o en Madrid, aunque su equipo destaca que su prioridad es la gestión de los problemas de los andaluces.

Tras varias semanas viéndose reforzado por la militancia, Sánchez atraviesa ahora un momento complejo: con la crisis gallega, la parálisis de las negociaciones entorpecen cualquier posibilidad de avance.

Los socialistas no confían en sumar al acuerdo, ni al PP, ni tampoco a Podemos. La única estrategia es mantener la voluntad negociadora hasta el final, cuando ya el 26-J resulte inevitable.

La convocatoria de elecciones sería el 2 de mayo. Seis días después, si nada cambia-cosa que no está clara- los militantes socialistas habrán de elegir a su secretario general. Dos semanas más tarde tendrá lugar el congreso de proclamación del nuevo líder socialista. Un calendario ajustado que a Sánchez podría volvérsele cuesta arriba. 

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