Dinamarca pide cárcel para los activistas de la cumbre del clima


La Fiscalía danesa hizo públicos este martes los cargos a los que se enfrentarán los 11 activistas de Greenpeace detenidos tras participar en la protesta que cerró la cumbre del clima de Copenhague en 2009. Entre ellos se encuentra el ex director ejecutivo de Greenpeace España, Juan López de Uralde, que actualmente impulsa el proyecto Equo.
Según informó Greenpeace, los 11 activistas, de diversas nacionalidades, se exponen así "a duras penas de cárcel" y a multas "cuya cuantía está aún por determinar".
Los cargos presentados contra los activistas, según Greenpeace, "incluyen allanamiento de morada, falsificación de documentos y suplantación de funcionario público".
Por el cargo de allanamiento, la pena podría suponer seis meses de cárcel ampliables a un año por el agravante de la presencia de la reina.
Por su parte, la falsificación de documento público podría conllevar una pena máxima de dos años y, la suplantación, una multa cuya cuantía "está por determinar".
La oficina de Greenpeace en los países nórdicos (Greenpeace Nordic) también está incluida en los cargos.
La Fiscalía aplica un cargo adicional contra los activistas por haber cometido un delito contra la reina.
Para Greenpeace, "queda claro que están tratando de hacer pagar el fracaso de los líderes mundiales en la Cumbre del Clima, buscando penas de prisión totalmente desproporcionadas e injustas".
"Los cargos hechos públicos por la Fiscalía danesa son desproporcionados e injustos y van dirigidos a castigar a quienes de forma pacífica denunciaron el lamentable espectáculo dado por los mandatarios mundiales", declaró la directora ejecutiva de Greenpeace España, Miren Gutiérrez.
Según recuerda Greenpeace, la noche del 17 de diciembre de 2009 tres activistas lograron entrar en el palacio de Christiansborg, donde la reina Margarita de Dinamarca ofrecía una cena de gala a un centenar de líderes mundiales presentes en la Cumbre del Clima, y mostraron dos pancartas en las que se podía leer: "Los políticos hablan, los líderes actúan".
Los tres activistas de Greenpeace consiguieron acceder al palacio real haciéndose pasar por "jefe de Estado de la Madre Tierra", su "esposa", y un "escolta de seguridad".

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