División en sindicatos argentinos ante la huelga general del próximo jueves

  • Líderes sindicales argentinos airearon hoy sus discrepancias sobre la huelga general convocada por gremios opositores para el próximo jueves en contra de la política económica y los ajustes llevados a cabo por el Gobierno de Cristina Fernández.

Buenos Aires, 6 abr.- Líderes sindicales argentinos airearon hoy sus discrepancias sobre la huelga general convocada por gremios opositores para el próximo jueves en contra de la política económica y los ajustes llevados a cabo por el Gobierno de Cristina Fernández.

"Creemos que no es el momento oportuno para hacer un paro general. En este momento en que todo el país está con las paritarias (negociaciones salariales colectivas) abiertas", dijo el titular del ala oficialista de la Confederación General del Trabajo (CGT), Antonio Caló.

"Es un paro político", aseguró Caló a la emisora Nacional Rock.

El líder de la CGT defendió la subida salarial del 29,3 % para 2014 pactada entre el Gobierno y la Unión Obrera Metalúrgica al argumentar que "no es lo ideal, no es lo mejor, pero es lo posible".

Frente a la postura de Caló, los sindicatos enfrentados al Ejecutivo de Cristina Fernández amenazaron con una sucesión de movilizaciones si sus exigencias no son escuchadas tras la huelga general.

"Creo que se viene un plan de lucha. El próximo paso son 36 horas con movilización y después vendrán 48. En la medida que no tengamos respuesta iremos ejecutando la autoridad que tenemos de los congresos sindicales", advirtió Luis Barrionuevo, titular de la CGT Azul y Blanca y secretario general de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos (Uthgra).

Barrionuevo se mostró convencido de que el paro, que afectará al transporte, la educación y la salud, entre otros sectores, "será un éxito", en una entrevista concedida al diario El Tribuno, de la norteña provincia argentina de Salta.

El secretario general de Uthgra recalcó que su sindicato reclamará un aumento de sueldos del 52 % en la negociación colectiva para compensar la pérdida de poder adquisitivo provocada por la inflación, que superó el 7 % en los dos primeros meses del año, y por la brusca devaluación del peso el pasado enero, cuando perdió casi un 23 % de su valor frente al dólar.

Además, exigió al Gobierno que eleve el salario mínimo para pagar el impuesto de Ganancias, que ahora es de 15.000 pesos (unos 1.870 dólares).

La última huelga general celebrada en Argentina, en noviembre de 2012, tuvo un alto seguimiento y paralizó gran parte del país.

Mostrar comentarios