Doce años de cárcel después, Barghuti es un líder tan polémico como esperado

  • Reunidos en la celda que un tiempo ocupó el fallecido presidente sudafricano Nelson Mandela, un grupo de ex prisioneros, políticos y activistas lanzaron el pasado 27 de octubre la llamada "declaración de la Isla de Robben".

Javier Martín

Ramala (Cisjordania), 7 abr.- Reunidos en la celda que un tiempo ocupó el fallecido presidente sudafricano Nelson Mandela, un grupo de ex prisioneros, políticos y activistas lanzaron el pasado 27 de octubre la llamada "declaración de la Isla de Robben".

Un conciso pero contundente texto que en apenas seis meses ha añadido a la lista de apoyos una ilustre variedad de firmas, desde ex presidentes de Gobierno, a premios Nobel, literatos, líderes religiosos y artistas.

Su objetivo, exigir a Israel la liberación de Marwan Barghuti, diputado, líder del partido nacionalista Fatah en Cisjordania y candidato al futuro liderazgo palestino, de cuyo encarcelamiento se cumplen esta semana 12 años.

"La prisión de Barghuti es una cuestión política. Debe ser liberado, como todos los presos políticos palestinos" para que la paz sea posible, reclamó este lunes en Ramala su esposa, Fadwa.

Prematuramente envejecida, la abogada parecía una mujer más atribulada que la que aquel día viajó a la isla donde Mandela penó 18 años para apoyar una más de las campañas emprendidas desde que su marido fuera detenido en plena Intifada.

Nacido en 1959 en la aldea de Kobar, en la Cisjordania ocho años después ocupada, Barghuti se sumó al movimiento de liberación nacional palestina Fatah en 1974, y apenas cuatro años después fue arrestado por vez primera.

Un primer paso por la cárcel que no logró cercenar su compromiso político: en 1980 fundó el ala juvenil de Fatah y en 1984, fue designado presidente de la asociación estudiantil de la universidad de Birzeit.

Desde allí, contribuyó a organizar el movimiento de resistencia que en 1987 condujo al primer levantamiento contra la ocupación israelí, y causó que ese mismo año las autoridades judías lo deportaran a Jordania.

En el país vecino se sumó al Consejo Revolucionario de Fatah y vivió hasta que los acuerdos de Oslo, de 1993, permitieron su regreso a Cisjordania, donde fue elegido miembro del Consejo Legislativo Palestino (Parlamento).

En el 2000, fue uno de los promotores de la segunda Intifada y uno de sus miembros más activos, hasta que en 2002 tropas israelíes le capturaron y un tribunal le impuso cinco cadenas perpetuas y 40 años de prisión.

Pese a estar preso, en 2006 fue reelegido diputado y promovió la elaboración del "Documento de los prisioneros", en pos de la unidad nacional, rubricado por los líderes de las distintas facciones palestinas.

Tres años después, ingresó en el Comité Central de Al Fatah, órgano que permitió la creación de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que ahora dirige Mahmud Abas.

Desde entonces, y como reconoció hoy Mohamad Shataye, miembro de la directiva de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), principal grupo en el seno de Fatah, su nombre forma parte de todas las listas de presos a excarcelar.

"El caso de Marwan Barghouti es, junto al de otros uno de los que más nos preocupan", afirmó frente a los que argumentan que hay quien en el liderazgo palestino prefiere que su libertad no sea una prioridad.

Una polémica que en estos días ha regresado al primer plano a causa del deterioro de las exangües negociaciones de paz.

Según los términos comprometidos antes de su resurrección -promovida el pasado julio por el secretario de Estado de EEUU, John Kerry-, Israel debía liberar a 104 presos palestinos en cuatro tandas.

Pero el pasado 27 de marzo, el Gobierno israelí eludió la última, alegando que esa excarcelación dependía del rumbo de las conversaciones.

En respuesta, los palestinos rubricaron la carta de adhesión a quince tratados y organismos internacionales, medida que este lunes Shataye calificó de "irreversible".

Además, volvió a reiterar que, aunque la puerta al diálogo sigue entornada, este no continuará a menos que Israel previamente cumpla su compromiso con los presos.

Barghuti no está en esa última tanda, pues el proceso de su liberación es más complejo, pero a raíz del desencuentro, fuentes en Cisjordania han admitido a Efe que la ANP insiste ahora en su liberación y la de otros prominentes presos.

Considerado el hombre fuerte que puede aglutinar a los palestinos y lograr, incluso, la reconciliación con el movimiento islamista Hamás, que gobierna en Gaza, Barghuti envió esta semana un mensaje a través de su esposa en el que pide mayor esfuerzo a favor de los presos.

"Existen más de 5.000 prisioneros en cárceles israelíes, algunos desde hace más de 10 años", subrayó.

"Más de 100.000 palestinos han sido arrestados en Cisjordania, Gaza y Jerusalén desde el 2000", recordó.

Él mismo lleva doce años y su mito no solo no se ha desvanecido, sino que aparece cada más robusto.

Basta mirar alrededor: su imagen destaca, junto al fallecido Yaser Arafat, en secciones del muro que separan a Israel de Cisjordania, donde se pide la libertad para quien muchos consideran su sucesor natural.

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