El cadáver del niño, el menor de tres hermanos, fue hallado el martes en su domicilio de la ciudad de Girona (en el noreste de España) donde desde hacía más de un año residía en alquiler esta pareja de Estados Unidos, de 39 y 38 años.
"La propietaria del piso denunció a la policía varios meses de impago del alquiler. Cuando los agentes entraron en el piso, se produjo el macabro hallazgo del niño muerto acostado en una cama, como si estuviera durmiendo", informó a la AFP una portavoz policial.
"Llevaba varias semanas muerto y no tenía signos de violencia", añadió. La autopsia practicada el jueves descartó una muerte violenta.
La policía detuvo el mismo martes a ambos padres, que pasaron un examen psiquiátrico en un hospital local, mientras que los servicios sociales de la región asumieron la tutela de los otros dos hijos, de 12 y 14 años.
Según la prensa local, citando fuentes de la investigación, convivieron durante casi un mes con el cadáver en descomposición del niño, hallado sobre una cama cubierto de mantas y sábanas en la misma habitación donde su familia comía y vivía.
"Ellos piensan que estaba dormido", explicó la portavoz policial.
Este viernes, los progenitores declararon ante un juez que les imputó el delito de homicidio imprudente, informó una fuente judicial. Los padres fueron dejados en libertad provisional pero se les retiró el pasaporte para evitar su salida de España.
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