Dos ingenieros de Volkswagen, en el punto de mira de las investigaciones

    • Las pesquisas en el caso de trucaje de coches se centran sobre Ulrich Hackenberg, jefe de los ingenieros de Audi, y Wolfgang Hatz, desarrolador de los motores de fórmula uno de Porsche.
    • Ambos llegaron a la multinacional alemana poco después de que Martin Winterkorn fuera nombrado presidente de la compañía.
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Dos de los mejores ingenieros de Volkswagen que descubrieron que era imposible cumplir las promesas de la compañía para vender un motor diésel limpio, se sitúan en el centro de las investigaciones sobre la instalación de un software ilegal diseñado para engañar a los controles de emisiones contaminantes, según informa el diario 'The Wall Street Journal'.

Estas dos personas son Ulrich Hackenberg, jefe de los ingenieros de Audi, y Wolfgang Hatz, desarrolador de los motores de fórmula uno de Porsche. Ambos ingenieros están considerados como dos de los mejores y mñas brillantes trabajadores de la industria automovilística alemana.

Hackenberg y Hatz fueron puestos al frente del I+D de Volkswagen poco después de que Martin Winterkorn, quien terminó dimitiendo por el escándalo, se convirtiera en el presidente ejecutivo de la compañía en enero de 2007.

Aún no se conocen todos los detalles, pero según parece, la investigación se centra en estos dos ingenieros que se convirtieron en los asesores personales del ahora ex presidente cuando dirigía la compañía filial Audi junto con Heinz-Jakob Neusser. Los tres asesores de Winterkorn han sido suspendidos de sus cargos desde que saltara la noticia.Una docena de culpables

Por su parte, el diario alemán 'Bild', según recoge 'Le Figaro', reveló que varios ingenieros han reconocido ya ser responsables del trucaje de los coches, aunque no revela la identidad de ellos. Aunque sí que señala a una docena de culpables que ya han sido suspendidos de sueldo.

Según las confesiones realizadas por estos mecánicos, la construcción del motor EA189, era técnicamente imposible si además debía cumplir con los límites de emisiones contaminantes sin que el precio se desorbitara demasiado. Fue entonces cuando decidieron dar una solución al problema recurriendo al software de manipulación de los controles.

Desde que saltara el escándalo la compañía ha caído un 43% en el mercado de valores y se enfrenta a demandas millonarias además de tener que encontrar una solución para los 11 millones de coches que circulan por todo el planeta con el software trucado.

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