Vale que construyan un campo de golf en medio de un desierto, que siembren la costa de chiringuitos, pero usar agua de consumo humano para quitarse la arena de los pies llega a ser hiriente. Aunque se trata de un error de fontanería (a gran escala) el Ayuntamiento alicantino de Orihuela en no ha movido un dedo.
Unos 20 lavapiés de las playas de Campoamor y Aguamarina funcionan desde el mes de junio con agua potable, como explica laverdad.es. Vamos, que los bañistas no tienen que preocuparse de llevar una botella de agua desde casa. Basta con acercarse al grifo público y pegar un trago.
Además de la imagen derrochadora que da al municipio, el problema tiene su repercusión en las arcas públicas. Todavía no se ha hecho una estimación del agua dulce que se puede estar consumiendo sobre los pies llenos de arena, pero la gracia promete ser importante.
No es mi culpa. Desde el Gobierno local han explicado que se han dado varios problemas a la vez. Cambios a última hora, sistemas estropeados y como no, nadie es responsable. En definitiva, el origen de todo es "una orden que dio alguien que no tenía que darla".
El concejal de Infraestructuras de Orihuela asegura que cuando recibió el puesto a mediados de julio, la avería estaba hecha. Por si fuera poco, el responsable del Ayuntamiento ha avisado a los vecinos de que reparar los lavaderos costará 20.000 euros.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios