Dudas y esperanzas en el primer día sin escoltas de la judicatura vasca

  • Dudas y esperanzas se entremezclan a partes iguales en el primer día en el que oficialmente los miembros de la judicatura vasca no han dispuesto de su habitual servicio de escolta, tal y como han comentado a EFE magistrados que ejercen en Gipuzkoa, el territorio más azotado por la lacra del terrorismo.

Carlos López

San Sebastián, 14 feb.- Dudas y esperanzas se entremezclan a partes iguales en el primer día en el que oficialmente los miembros de la judicatura vasca no han dispuesto de su habitual servicio de escolta, tal y como han comentado a EFE magistrados que ejercen en Gipuzkoa, el territorio más azotado por la lacra del terrorismo.

La incógnita sobre el momento real en el que la totalidad de jueces y fiscales que aún mantenían escolta se verán privados de ella de forma efectiva (hoy aún se ha prestado el servicio en algunos casos) y la ausencia de una comunicación oficial al respecto son factores que contribuyen a alimentar las dudas del colectivo.

Por este motivo, uno de los magistrados afectados ha denunciado la falta de información facilitada a los jueces ya que, en su caso, los datos de que dispone los conoce por la prensa, pues no le han comunicado oficialmente "nada", al igual que a su guardaespaldas, quien también carece de información sobre este asunto.

La incertidumbre respecto a los motivos reales del acuerdo que ha llevado al Ministerio y al departamento vasco del Interior a prescindir del servicio de escoltas es otra incógnita que se cierne sobre el caso.

"Yo me fío de lo que dicen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, si es que realmente han constatado que hay un tipo de riesgo que ha desaparecido" tras el anuncio de ETA de abandonar su actividad armada, aclara este juez, quien sin embargo no puede evitar las dudas sobre si los motivos reales de la retirada de los guardaespaldas se deben realmente a motivos de "seguridad" o a razones de tipo "económico".

El ahorro de dinero sin embargo resulta de por sí razón suficiente para otra magistrada destinada en Gipuzkoa, para quien renunciar a este tipo de protección "es lo lógico, por una cuestión de rigor y de presupuestos".

"Puedo entender que vayan quitando algo que ya resulta superfluo y me parece normal, porque en la actualidad es un despliegue totalmente innecesario", opina esta profesional de la judicatura.

Otros magistrados prefieren centrarse en la parte "positiva" de una medida que, a juicio de otra jueza de la Audiencia, "va a suponer una gran tranquilidad y la recuperación de la vida normal" y un montón de rutinas cotidianas para muchos jueces y fiscales, aunque sin descuidar otras medidas de autoprotección y de contravigilancia.

Esta jueza reconoce que, aunque en un primer momento, cuando ETA asesinó al magistrado de la Audiencia de Bilbao José María Lidón, en noviembre de 2001, este sector vivió "momentos de muchísima tensión, nervios y preocupación", poco a poco esta situación se ha ido "relajando" y, "sin dejar de mantener un cierto estado de control y vigilancia", muchos miembros de la judicatura han ido renunciando a sus guardaespaldas.

"Creo que se va a recuperar totalmente una situación de normalización y el País Vasco se va a convertir en un destino apetecible, porque antes era un lugar al que nadie quería venir", aclara otra jueza, quien considera que, con esta medida, por fin "se ha abierto una ventana para que entre aire fresco" en Euskadi.

Conocedor de todas estas circunstancias, el presidente de la Audiencia de Gipuzkoa, Iñaki Subijana, se ha felicitado por la adopción de esta medida porque, desde el "plano humano" supone que "se recuperan espacios de libertad y de intimidad y por lo tanto de espontaneidad vital".

Subijana se ha mostrado convencido asimismo de que "si los poderes públicos con competencia en la materia han llegado a un diagnóstico de que efectivamente existe un debilitamiento serio del riesgo de atentado o amenaza y presión terrorista, lo correcto es adecuar el programa de seguridad -de la judicatura- a ese diagnóstico".

El presidente de la Audiencia considera además "razonable" el hecho de que se haya decidido mantener la protección a algunos destacados cargos de la judicatura en función de "lo que representan". Una "servidumbre" que, a su entender, "uno tiene que asumir de la mejor manera posible".

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