"La seguridad de los pilotos de la coalición es extremadamente importante para nosotros. No debemos cometer errores de cálculo o de juicio" cuando fuerzas de ambas partes operan cerca unas de otras, dijo el vocero del Pentágono Peter Cook en una rueda de prensa.
"No queremos que haya un accidente", señaló.
Los aviones de la coalición contra el grupo Estado Islámico, dirigida por Estados Unidos, llevan a cabo misiones diarias de bombardeo en Siria desde hace más de un año.
A su vez, Rusia ha aumentado su presencia militar en el oeste de Siria y ha instalado misiles antiaéreos, bastión del gobierno de Bashar al Asad, y no excluye realizar también incursiones aéreas contra el EI.
Según Washington, los rusos disponen de 34 aviones en Siria, entre cazas y bombarderos, en una base aérea que acaban de montar en la provincia de Latika.
Estados Unidos había decidido el congelamiento de las relaciones de militares a militares con los rusos tras el estallido de la crisis en Ucrania y la anexión de Crimea, pero el secretario de Defensa Ashton Carter decidió restablecer esos contactos en lo relativo a Siria.
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