El celador acusado de un incendio lo niega y dice ser amante de la naturaleza

  • El celador forestal acusado de provocar el incendio que en octubre de 2011 quemó más de 300 hectáreas en la Reserva de la Biosfera de los Ancares (León) ha negado esta tarde los hechos que se le imputan y ha afirmado ante el tribunal de la Audiencia de León que le juzga que es un "amante de la naturaleza".

León, 18 nov.- El celador forestal acusado de provocar el incendio que en octubre de 2011 quemó más de 300 hectáreas en la Reserva de la Biosfera de los Ancares (León) ha negado esta tarde los hechos que se le imputan y ha afirmado ante el tribunal de la Audiencia de León que le juzga que es un "amante de la naturaleza".

"Nunca he prendido fuego a un monte. Es algo que no se me pasaría por la cabeza, porque, además, conozco el riesgo que entraña para las personas y, especialmente, para las que tienen que combatir el fuego porque es una labor que me ha tocado a mí desempeñar muchas veces", ha afirmado rotundo Alberto García González, de 46 años.

El acusado ha respondido así a la pregunta explícita del fiscal de si era el responsable del incendio declarado en 17 de octubre de 2011 en el paraje natural.

La declaración de García González ha abierto el juicio que se sigue contra él, después de que esta mañana quedase constituido el jurado popular que será el encargado de emitir un veredicto el próximo jueves.

A preguntas del ministerio fiscal, que pide para él una pena de 5 años de prisión y una indemnización de 295.000 euros por los daños causados y los gastos de la extinción del fuego, el acusado ha explicado detalladamente lo que hizo entre las 14:00 y las 17:00 horas del 17 de octubre de 2011, cuando un incendio forestal con dos focos arrasó 305 hectáreas en la Reserva de la Biosfera.

El hecho de que incendio tuviera dos focos y la única presencia confirmada del acusado en el lugar a bordo del Land Rover de la Junta de Castilla y León que conducía para el desempeño de su trabajo llevó a su detención por agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil.

García González ha explicado que su trabajo consiste en la elaboración de partes por daños a la cabaña ganadera y en acompañar a los cazadores en las batidas autorizadas por la Junta.

Ante el tribunal ha sostenido que ese día realizó un parte por la muerte de una vaca atacada por fauna salvaje y que posteriormente se dirigió a un lugar distante unos quince minutos a entregar una póliza a una vecina, con la que tomó un café.

No obstante, en su declaración de hoy ha introducido una variante, al admitir que se paró unos quince minutos para llenar unas botellas de agua en una fuente de la zona, y ha explicado que no lo relató cuando fue interrogado por la Guardia Civil porque pensó que era algo que "carecía de importancia".

En todo momento ha tratado de demostrar que estuvo ocupado en las labores propias de su trabajo y que en ningún caso hubiera podido ser el causante del incendio.

La defensa del celador, que ejerce el abogado Enrique Beaumund, anunció esta mañana que aportará en el juicio hasta cuarenta testimonios que exculpan a su patrocinado de esos fuegos.

Uno de esos testimonio, "clave" para la defensa, es el de una pareja que asegura que estaba tomando un café con el acusado cuando se produjo el fuego.

Además, el letrado ha denunciado que su cliente está imputado "porque era una temporada de muchos incendios en la zona y había necesidad de buscar a algún culpable".

Frente a los cinco años de prisión que solicita la fiscalía, el abogado de Ecologistas en Acción, Simón López, que se presenta como acusación particular, ha reiterado hoy que mantendrá su petición de dieciocho años porque "fueron dos incendios y no uno", que además "pudieron afectar a la población".

Asimismo, ha recordado que el incendio del que se le acusa se produjo en una zona protegida y que el acusado era en esos momentos un funcionario público, lo que a su juicio agrava la situación.

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