Bucarest, 6 feb.- El hoy dimitido primer ministro rumano Emil Boc era considerado en el país balcánico como un hombre excesivamente sumiso al impopular presidente, Traian Basescu.
Formado en Bélgica y Estados Unidos, este abogado de 45 años entró en la política en el año 2000 como diputado del conservador Partido Demócrata (PD), formación que lidera desde 2003.
Tras las elecciones de 2008, el antiguo alcalde de la ciudad de Cluj (en la región de Transilvania) lideró una "gran coalición" de gobierno, formada por su partido y la alianza de izquierda del Partido Social Demócrata y el Partido Conservador (PSD+PC).
Como primer ministro negoció el crédito de 20.000 millones de euros otorgado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Comisión Europea en marzo de 2009 para evitar un colapso financiero del país, el más pobre de la Unión Europea.
A cambio, ha debido llevar a cabo una fuerte reducción del gasto público, incluyendo bajadas de sueldo, aumentos de impuestos y despidos masivos en el sector público, lo que ha provocado el desgaste de su imagen ante la opinión pública.
Estas medidas fueron recibidas inicialmente con malestar y con cierta resignación por la ciudadanía.
Pero tras el anuncio de Boc de querer privatizar parte del servicio sanitario, surgieron las primeras protestas callejeras espontáneas en enero.
La presión ciudadana creció y se transformó en una ola de manifestaciones inédita en los últimos veinte años en Rumanía, que ha acabado costándole el cargo a Boc.
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