El 'examen' del debate: estos son los pros y contras de los candidatos

    • Todos tienen puntos a favor y en contra. Todo depende de cómo los utilicen, coinciden los expertos.
    • El temido debate no cambia un resultado electoral, pero sí puede dejar 'escépticos' a los votantes.
Operarios ultimando el plató del último debate de las generales, en 2011.
Operarios ultimando el plató del último debate de las generales, en 2011.

Que un debate entre candidatos 'presidenciables' sea motivo, valga la redundancia, de debate es algo que no comprenden los expertos en asesoría política. "Deberían estar regulados por ley y ser una obligación", sostiene Jorge Santiago Barnés, director del Máster en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política de la Universidad Camilo José Cela y experto del Centro Internacional de Gobierno y Márketing Político.

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha instado este martes a los líderes de las cuatro formaciones con más posibilidades de gobierno a participar en un debate 'a cuatro'. Un formato deseado que, en cambio, genera recelos en especial en el PP. Sánchez ha respondido mostrándose dispuesto a debatir "con todos, de todo y sin cortapisas".

De entrada, el principal temor para los 'populares' es el tener enfrente a candidatos con un perfil más fresco, renovado y sin acusar el desgaste de años de gobierno y políticas contestadas. Pese a la disposición, entre los socialistas hay quienes recelan también del protagonismo adquirido en las últimas semanas por Ciudadanos y su líder, fortalecido en las pasadas generales. Antes del auge de la formación 'naranja', era Pablo Iglesias el que insistía en un debate televisado con el líder socialista.

¿Quién saldría beneficiado? Suele decirse, explica Barnés, que el partido que va liderando las encuestas es a quien más perjudica someterse al escrutinio de un debate en el que "cualquier mínimo detalle, gesto o mala contestación puede hacer que pierdas esos puntos de ventaja". Por el contrario, a los partidos "que vienen corriendo por detrás" son los que salen ganando. Fran Carrillo, consultor político y director de La Fábrica de Discursos, va más allá. "Si le damos la vuelta, el debate puede ser también una buena oportunidad para el partido que gobierna, una ventana para que explique lo que ha hecho... Aunque es verdad, también puede ser un inconveniente". Eso sí, considera que "lo peor que podría hacer el PP es no presentarse".

Ambos difieren en cambio en el formato más deseable. Barnés opta por un debate "de dos en dos", con sitio para confrontar todos los partidos y programas. "En un debate a cuatro nos vamos a quedar como con la miel en los labios. Es muy bueno para los ciudadanos. Hartazgo, puede ser, pero el que lo quiera ver que lo vea y el que no, no. Algunos programas llevan años en prime time y se siguen viendo", apostilla. Carrillo es más partidario, en cambio, de un debate a cuatro "y abierto a preguntas de los ciudadanos, al modo americano".

¿El debate se deja notar en las urnas? Es otro dilema. Los expertos sostienen que es difícil que vuelva del revés un resultado, pero sí proporcionan información valiosa para el votante. "Y eso hace que maticen su pensamiento, que se cuestionen determinados temas, hay debates en los que una mala actuación han dejado al a gente perpleja. Hacen que la gente se cuestione cosas", razona Barnés.Mariano Rajoy: tiene experiencia de gestión... pero no empatiza

A favor: "El haber salido de la crisis desde el punto de vista de la macroeconomía, tiene que mantener una posición de gobierno y alentar a los ciudadanos a seguir por esa tendencia. Su argumento sería que cualquier cambio podría poner en peligro la recuperación económica", opina Barnés.

"Rajoy es contundente cuando tiene controlado el dato, cuando puede ponerlo en contraste con una situación peor, es capaz de definirlo de forma muy gráfica", añade Carrillo.

En contra: "Lleva cuatro años en el gobierno y eso desgasta. No tiene la agilidad que pueden llegar a tener los otros candidatos, ya no sólo en cuanto a imagen de juventud o de renovación, le falta credibilidad en algunos sectores", dice este experto.

"Es incapaz de dar un titular claro, que defina o resuma lo que es su gestión, de conectar emotivamente con la gente. No tiene un perfil gestual ni formal para hacerlo, tiene un estilo de relator parlamentario, pero no mediático. Si las formas y los gestos no ayudan, el mensaje tiene un recorrido corto", completa Carrillo.Pedro Sánchez: Ha renovado el partido... pero es indefinido

A favor: "La renovación dentro del partido que él ha emprendido, dándole un aire más fresco. Tiene que dejar claro que él es una cara nueva, pero en un partido que no lo es. Ha conectado con un sector de población más joven y tiene capacidad dialéctica para poder transmitirlo", dice Barnés.

"Su dominio de la telegenia, que es indudable", valora Carrillo, "la imagen y la retórica visual le ayudan, pero tiene que trabajar en ello para no caer en mensajes vacíos".

En contra: Su indefinición de argumentario, sostienen los expertos. "No tengo claro que los ciudadanos sepan cuáles son los tres o cuatro puntos principales del PSOE", considera Barnés, "tiene que aprovechar el momento para ubicar al partido y dejar claro que no es un invento o un experimento, como puedan serlo Ciudadanos o Podemos".

"Lo he visto muy impostado. Se le ven las costuras de un candidato fabricado y tiene un discurso mejorable. Cuanto más habla, sale perjudicado", sostiene Carrillo, tiene que jugar con la imagen serena y creíble.Albert Rivera: Tiene frescura... pero se alarga en sus mensajes

A favor: "Su capacidad para colocar titulares y el indiscutible recorrido de los últimos meses", valora Carrillo.

En contra: "A veces se alarga demasiado en ciertos mensajes. Debería evitar dar pie a contrataques dialécticos, aunque lo compensa explicándose bien", dice Carrillo.

"El desconocimiento de gestión", afirma además Barnés, "Vemos a una persona motivada, pero desconocemos la manera de gestionar que puede llegar a tener. Y si esto le va a venir grande o no a un partido político tan joven, no sé si tiene el músculo y la capacidad de hacerlo".Pablo Iglesias: Habla bien... pero ya no sorprende

A favor: "Tiene una gran capacidad de oratoria y de colocar mensajes y titulares", opina Barnés.

Carrillo coincide. "Tiene una locuacidad notable para hablar en un lenguaje que entiende fácilmente cierto segmento de población"

En contra: "La aparición de Ciudadanos se ha comido su protagonismo mediático. Antes, era el partido emergente, la solución a los problemas, eran chicos jóvenes pero preparados que querían cambiar el mundo... pero ha llegado Rivera, joven y con un partido nuevo, y con más experiencia. Ha tenido un protagonismo tan grande durante tanto tiempo que ya es difícil que nos sorprenda", considera Barnés.

Carrillo añade: "su incapacidad para controlar sus gestos y su tono, lo que hace que a veces en vez de persuadir parece que quiera imponer y en vez de explicar, opinar".

Mostrar comentarios