El fantasma de las papeleras volvió para truncar la carrera de Vázquez

  • La bestia negra de la gestión de Tabaré Vázquez como presidente de Uruguay (2005-2010), la crisis con Argentina por la instalación de la papelera de Botnia, regresó para cobrarse de golpe la carrera política de este médico oncólogo reconocido hasta ahora por su reserva y meticulosidad.

Álvaro Mellizo

Montevideo, 13 oct.- La bestia negra de la gestión de Tabaré Vázquez como presidente de Uruguay (2005-2010), la crisis con Argentina por la instalación de la papelera de Botnia, regresó para cobrarse de golpe la carrera política de este médico oncólogo reconocido hasta ahora por su reserva y meticulosidad.

Un único comentario desafortunado y fuera de contexto del primer presidente de izquierda en la historia de Uruguay sobre aquel conflicto, resuelto hace meses, desató una tormenta de críticas.

A las críticas les siguió la también sorprendente decisión del veterano y muy querido exmandatario de retirarse de la vida política a la que estaba retornando con la presunta intención de ser candidato presidencial en 2014.

Sus palabras, las únicas dichas en público que han sido calificadas como un error tanto por amigos como enemigos, también pusieron de relieve la profundidad del daño que causó en la relación bilateral entre Uruguay y Argentina el conflicto por la papelera.

Y recordaron la profunda desconfianza que surgió entre Vázquez y el entonces presidente argentino, Néstor Kirchner, que hizo imposible una resolución más rápida de la crisis desatada por la instalación de una planta de celulosa de la empresa finlandesa Botnia en el lado uruguayo del río Uruguay, que separa a ambos países.

Acusaciones cruzadas de incumplir acuerdos fronterizos, temores de que la planta fuera a contaminar las aguas del río Uruguay y la decisión de un grupo de ecologistas, arropados en primera instancia por el Gobierno argentino, de bloquear el más concurrido paso fronterizo entre ambos países llevaron el conflicto a un punto muerto que duró más de tres años (2006-2010).

El socialista Vázquez fue sucedido en la presidencia de Uruguay en 2010 por el exguerrillero José Mujica, integrante como él del Frente Amplio y que había sido ministro en su gabinete pero al que no apoyó para disputar las internas en las que la coalición eligió a su candidato presidencial para las elecciones de 2009.

Con una aprobación y una popularidad abrumadoras al término de su mandato, superiores al 80 por ciento, este hijo de obreros del popular barrio montevideano de La Teja decidió alejarse de la política de primera fila por un año para dedicarse de lleno a la medicina.

En ese período, Mujica logró aproximar posturas con Argentina por el asunto de la papelera y consiguió que se retirara el bloqueo al puente y que se aceptara en la práctica el funcionamiento de la planta productora de celulosa.

A cambio, Uruguay apoyó el nombramiento de Kirchner como secretario general de Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), que Vázquez había vetado por su papel en la crisis, y las relaciones bilaterales comenzaron a fluir con normalidad, hasta el punto de desarrollar varios acuerdos en materia de energía, transporte y sociales.

Desde su retiro, el expresidente se limitó a mostrar su apoyo a Mujica mientras trabajaba en la redacción y difusión de un libro sobre el cáncer y la lucha contra la enfermedad.

Aún así, Vázquez nunca desestimó la posibilidad de presentarse como candidato a la presidencia en las elecciones de 2014. En su día dijo que "solo la biología" (tiene 71 años) y las "circunstancias políticas" podrían decidir su candidatura.

A principios de este año el exmandatario comenzó a moverse de nuevo en el seno del Frente Amplio, al que pidió un esfuerzo para "renovarse" y "actualizarse", palabras que tuvieron mucho eco entre sus fieles, que vieron en ellas un anuncio de sus intenciones presidencialistas.

El pasado mes de septiembre Vázquez participó en el Plenario Nacional del Frente Amplio, que lo invitó a formar parte de su mesa directiva, lo que fue interpretado por muchos como su regreso definitivo a la primera fila de la política y como un paso previo a su postulación como candidato a presidente (en Uruguay no está permitida la reelección inmediata, hay que dejar pasar un mandato).

Y así, cuando ya nadie dudaba, ni dentro ni fuera del FA que Vázquez sería el futuro candidato, saltaron a los medios sus palabras sobre que llegó a pensar en un enfrentamiento bélico con Argentina por la crisis de Botnia.

Apenas 24 horas después, llegaba su anuncio de que se retiraba de la vida política pública.

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