Buenos Aires.- El secretario de Cultura de Argentina, Jorge Coscia, se desmarcó hoy de las críticas vertidas por intelectuales de ese país ante la invitación al peruano Mario Vargas Llosa a inaugurar en abril la Feria del Libro de Buenos Aires.
"Plantear una objeción al tema es como si uno participa de una fiesta y quiere condicionar a los invitados, cuando la fiesta no la hizo uno", señaló.
El hecho de que Vargas Llosa vaya a encabezar el primer debate en la apertura al público de la feria literaria ha desatado el rechazo de un grupo de intelectuales, entre ellos, el grupo Carta Abierta, afín al Gobierno.
Un paso que llevó ayer a la presidenta argentina, Cristina Fernández, a intervenir para frenar la polémica, según admitió el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González.
El escritor peruano fue criticado por su ideología conservadora y las duras críticas que ha efectuado a los gobiernos de Argentina, Bolivia, Ecuador y Venezuela.
"La Feria del Libro es un magnífico evento, realizado por una institución no estatal, la Fundación del Libro. Aunque uno sea el que hizo el mejor regalo en una fiesta eso no le da espacio objetar la participación de nadie", insistió el secretario de Cultura a la emisora de radio bonaerense Continental.
"Creo también que puede haber intelectuales que opinen sobre el tema, ahí está la libertad de expresión", añadió.
Vargas Llosa inaugurará con una disertación "magistral" los debates en la apertura al público de la XXXVII Feria del Libro el 21 de abril próximo, un día después de la apertura formal del salón literario que llevarán a cabo autoridades argentinas y los organizadores.
"No es un escritor aséptico, es un escritor de ideas; un hombre que milita activamente en política y en política cultural. Creo que valen las dos voces", subrayó Coscia.
El director de la Biblioteca Nacional, quien había considerado que la invitación a Vargas Llosa era "una ofensa a la cultura argentina", admitió que recibió una llamada de Fernández para que desistiera de la polémica.
"Recibí una llamada de la presidenta interesándose en el debate, diciendo que le parecía pertinente, pero que en su opinión la Biblioteca Nacional debía retirarse de la discusión", apuntó González al diario bonaerense "Clarín".
La mandataria "remarcó que la decisión de las autoridades de la Feria del Libro sólo le compete a ellas y que la política cultural del Estado debe resguardar la libertad de expresión sobre todo", agregó el director de la Biblioteca Nacional.
Por su parte, el secretario de Cultura opinó que el Premio Nobel de Literatura es un "pensador liberal de derechas" que "no debería sentirse ofendido" por esta polémica.
"Lo defendemos mal a Vargas Llosa si creemos que deban callarse los que discuten y polemizan con Vargas Llosa", concluyó Coscia.
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