El indeciso ¿decide?: el papel estratégico de las 'dudas' ante el 27-S

    • Por sí solos, el millón de indecisos serían una segunda fuerza política en el Parlament. 
    • En 2012, fueron decisivos para el ascenso de ERC. Dos años antes, no cambiaron nada. 

     

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, en un acto de campaña.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, en un acto de campaña.

Aunque los sondeos dan la victoria a Junts pel Sí, con horquillas entre los 59 y los 66 escaños-la mayoría se fija en los 68-son muchas aún las incógnitas que plantean las urnas del 27-S. La principal, si la candidatura de Mas logrará la mayoría absoluta por sí misma, si necesitará el apoyo de las CUP o si, finalmente, los partidos constitucionalistas conseguirán movilizar al electorado y revertir los pronósticos.

Existe un dato fundamental que puede dejar estas encuestas en papel mojado. El 28'7% de votantes que, según el CIS, no tienen aún decidido su voto. Para que nos hagamos una idea de la relevancia de ese porcentaje, bastaría decir que Junts pel Sí, tiene un apoyo del 38'1% y el segundo más votado, Ciudadanos, del 14'2%. Los indecisos ocuparían, por tanto-considerada la aseveración con todas las cautelas-el puesto equivalente a una segunda fuerza política. Según los datos de participación de 2012- del 67'7%- un millón de votos.

“En estas elecciones, el índice de participación es clave.Existen unos factores constantes que son el censo electoral, los ciudadanos muy movilizados para ir a votar a favor de la independencia (de 1,7 a 2 millones de catalanes) y la población contraria a la independencia, ese escenario es difícil que se modifique. Por el contrario, hay un factor variable, el segmento de la población que no tiene decidido el voto, que es determinante para el giro de la campaña, si éste segmento se moviliza, hace disminuir el porcentaje relativo de los independistas, haciéndoles más difícil alcanzar la mayoría de escaños. Por lo tanto, para unos y para otros, la participación es la clave para que la balanza se incline hacia un lugar o a otro”, explica Lluís Fatjó-Vilas, director de TNS Demoscopia.

De ello puede depender que la lista de Mas obtenga la mayoría suficiente para gobernar en solitario o que, por el contrario, necesite del apoyo de las CUP. La cuestión no es menor y puede decidir quién será el próximo president. La candidatura que en estos comicios encabeza Antonio Baños lograría, según las encuestas, hasta 9 escaños, lo suficiente para que Junts pel Sí, al borde de la mayoría, la complete.

Pero desde las CUP recelan de la hoja de ruta de Mas-ellos reclaman que la independencia ha de ser la primera acción del nuevo Parlament y no desean dilatarla en el año y medio que propone Junts pel Sí- de su política de privatizaciones y de los escándalos de corrupción que han cercado al partido y no están dispuestos a facilitarle la investidura.Del indeciso convergente a los dilemas de los no soberanistas

¿Cómo es el indeciso?¿Ha sido siempre igual? No. El análisis electoral de los últimos años permite apreciar una evolución en el perfil de los indecisos catalanes. En los anteriores comicios, CiU figuraba como el partido más vulnerable a las dudas de sus votantes. Tentados en 2010 por el PSC de Montilla y en 2012 por la ERC de Junqueras, las urnas arrojaron resultados desiguales.

Hace tres años, la encuesta preelectoral del CIS recogía a un 36'7% de indecisos, diez puntos más que ahora, por un 62'1% que sabía ya con claridad el color de su papeleta. Ciu ganó los comicios con 50 escaños (30'7% de los votos), seguido de PSC, con 20 (14'43%) y ERC, con 21 (13'70%).

La mayor parte de los indecisos se debatía entonces entre CiU y ERC, como también confirmaba el termómetro del Gabinet de'Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP). Por entonces, el debate sobre la independencia apenas tenía influencia en el voto, y eran la crisis y la corrupción los principales factores de movilización.

El traspiés del CIS fue no obstante estrepitoso: fue incapaz de prever el batacazo de los convergentes- a quienes situaba en una horquilla entre 63 y 64 escaños- y tampoco el ascenso de los republicanos, con cuatro escaños más. El éxito de Junqueras se debió en buena parte a su capacidad para movilizar el voto indeciso en detrimento de Mas gracias a una agresiva campaña en la que dejaba en evidencia la capacidad del president para liderar un proceso a la independencia sin su ayuda.

En los comicios de 2010, el porcentaje de indecisos era prácticamente similar: un 35'3% frente a un 62'6%. La mayor indecisión entonces se daba entre CiU y PSC, con un 13'5%, seguido de Ciu y ERC. El barómetro pronosticó entonces la victoria de los convergentes, con 59 escaños (38%), seguido de PSC, con 33 (22'7%) y ERC, con 17 escaños (10'2%). Los republicanos fueron finalmente quintos, con 10 escaños y una caída abrupta de votantes. En este caso, Mas superó los pronósticos de las encuestas y ganó las elecciones, con 62 escaños, seguido del PSC, con 28.El atomizado bloque constitucionalista

En la actualidad, las dudas se centran en el bloque de los no independentistas, o, al menos, de los no partidarios a la ruptura abrupta propuesta por Junts pel Sí o las CUP. Un segmento más fragmentado también en cuanto a las opciones de voto, desde las opciones favorables a una reforma de la Constitución para un modelo federal, a un referéndum pactado para decidir sobre las relaciones entre Cataluña y el resto del Estado hasta las más conservadoras.

Por este orden, los votantes que en 2012 dieron su papeleta a ICV, PSC y Ciudadanos son los que más dudan en las actuales elecciones, mientras que los de las CUP y de ERC lo tienen prácticamente decidido. El partido de Mas se sitúa a medio camino entre los dos.La indefinición de ICV llena de incertidumbre a sus votantes

En este sentido, el votante de ICV- 359.705 votos en las elecciones de 2012- tiene un papel estratégico. El 41'7% de los que votaron a la formación hace tres años afirma ahora que dará su apoyo a Catalunya sí que es Pot, la plataforma en la que se integra junto a Podemos. Sin embargo, un 27'1% se divide entre opciones partidarias de la independencia a corto plazo y sin referendum, 'Junts pel Sí' o las CUP.

La polarización de este votante es sintomática de la disparidad ideológica que se le ha reprochado a esta lista, que aglutina a partidarios abiertos de la independencia y a otros que se inclinan por un referéndum pero que no ocultan su recelo a una Cataluña separada de España. Es el caso de Pablo Iglesias, que ha mantenido un papel especialmente activo en esta campaña.

Aunque en su programa defienden la apertura de un proceso constituyente y un referéndum pactado para decidir las relaciones entre Cataluña y el Estado, la aparente indefinición ha tentado a los dirigentes de la propia CUP, que consideran podrían acabar seduciendo también a los diputados de esta candidatura. El propio Iglesias no descarta un escenario en que Junts pel Sí se divida y ERC, junto a las CUP y el PSC, acaben apoyando a Rabell.Se suele decir que se va a votar... y luego no

Es tónica común también que los partidarios de la independencia sean los menos perezosos a la hora de acudir a las urnas. De nuevo, según el CIS, las CUP lideran la disposición para votar el 27-S. Lo hará el 91'7% de sus electores, el 87'9% de ERC y el 81'6% de CiU, frente a, por ejemplo, el 75% del PSC o el 76'9% de Ciudadanos.

De ahí que los candidatos constitucionalistas no hayan dado respiro en campaña a tratar de convencer a los que no saben aún si acudir a votar, y a quién. Confían en que una alta participación, de en torno al 75%, abra la puerta a un Gobierno no nacionalista. Las encuestas prevén que la participación sea de récord-un 77% de los encuestados por el CIS aseguraban que acudirían a votar 'con toda seguridad'-y eso, en principio, les da margen. No obstante, los sondeos han de tomarse con cautela. En 2012, quienes decían que votarían sí o sí eran el 74%, con un 10'1% que afirmaban que 'probablemente' lo harían . La participación final fue del 67'76%.

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